El obispo de Santander destaca la importancia "del buen ejemplo" de sacerdotes o consagrados para suscitar vocaciones

Actualizado: viernes, 19 marzo 2010 14:05

SANTANDER, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -

El obispo de Santander, Vicente Jiménez, ha presentado una Carta pastoral en la que destaca la importancia "del buen ejemplo", especialmente, de sacerdotes y personas consagradas, porque "el testimonio suscita vocaciones", y subraya que "es necesario crear una cultura de la vocación" en las parroquias y en las comunidades cristianas.

Monseñor Jiménez Zamora ha elaborado esta pastoral con motivo de la celebración este fin de semana, en la Diócesis de Santander, del tradicional 'Día del Seminario', que este año se celebra bajo el lema 'Una vida apasionante'.

En su carta, titulada 'El sacerdote, testigo de la misericordia de Dios', el Obispo recuerda "la importancia de las vocaciones" porque sin sacerdotes la Iglesia no podría cumplir su misión. En esta línea señala que la actual crisis de vocaciones es "una especie de travesía del desierto que constituye una verdadera prueba en la fe, tanto para los pastores como para los fieles".

Para Monseñor Jiménez, la escasez vocacional es fruto de "muchas causas reales de tipo demográfico, económico, social, cultural e institucional, pero también "responde a deficiencias y omisiones en nuestra vida cristiana y en nuestra pastoral", apostilla.

Ante esta situación de crisis, "en vez de ceder al desaliento, tenemos que afrontar el desafío con firme esperanza sostenidos por la fuerza del Señor, y promover una pastoral vocacional con nuevo vigor y decidido compromiso por parte de todos los miembros de la Iglesia", precisa Monseñor Jiménez.

En su escrito, el prelado resalta también que la vocación sacerdotal "es un don de Dios" para toda la Iglesia y para "la misma sociedad que debemos acoger con agradecimiento", pero recuerda que el deber de fomentar las vocaciones afecta "a toda la comunidad cristiana, la cual ha de procurarlo, ante todo, con una vida plenamente cristiana".

Monseñor Jiménez concreta que la responsabilidad de las vocaciones recae "especialmente en el obispo, en los sacerdotes y en las familias". Así ,"el signo de un presbiterio diocesano unido", que vive la "fraternidad sacerdotal y la comunión con su obispo", es siempre "una llamada" para las vocaciones sacerdotales, y agrega que "es necesario crear una cultura de la vocación" en las parroquias y en las comunidades cristianas, recalcó.

En su amplia Carta pastoral, el obispo de Santander igualmente destaca la importancia del buen ejemplo porque "el testimonio suscita vocaciones", sobre todo del que viene de aquellos que ya son sacerdotes o consagrados, puesto que "su buen ejemplo puede suscitar en otros el deseo de corresponder con generosidad a la llamada de Cristo".

Monseñor Jiménez recuerda también que las vocaciones surgen "ordinariamente en el seno de familias cristianas", porque la familia es "como un primer Seminario".

En esta línea resalta que actualmente "algunos padres de familia, aún siendo buenos cristianos, no quieren enviar a un hijo al Seminario", pero "si Dios llama a algún hijo para ser sacerdote, los padres deben respetar la vocación, como respetan otras opciones legítimas de sus hijos". Los padres -agrega- "deben saber que Dios puede colmar de felicidad el corazón de sus hijos, porque la vida sacerdotal es bella y apasionante, aunque sea un camino difícil y sacrificado".