ROMA, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco confía en que el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes que comienza este miércoles 3 de octubre en Roma sea capaz de "transformar" las estructuras que "separan" a los jóvenes de la Iglesia y que la memoria de esta no se vea "asfixiada" por sus "límites, errores y pecados".
Así lo ha indicado el Pontífice durante la homilía de la Misa de apertura del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, que se celebrará durante este mes de octubre en el Vaticano, con la presencia de obispos de todo el mundo, entre ellos, once españoles. La eucaristía ha tenido lugar en la Plaza de San Pedro, donde se han congregado cientos de fieles.
"Ungidos en la esperanza comenzamos un nuevo encuentro eclesial capaz de ampliar horizontes, dilatar el corazón y transformar aquellas estructuras que nos paralizan hoy, que nos separan y alejan de los jóvenes, dejándolos expuestos a lo malos tiempos, huérfanos de una comunidad de fe que los sostenga", ha precisado Francisco.
En este sentido, ha interpelado a los obispos a romper con el "conformismo" de pensar "siempre se ha hecho así", para levantarse y mirar directamente a las situaciones que afectan a los jóvenes, entre las cuales, ha citado la precariedad, la exclusión y la violencia.
Además, ha instado a los prelados a tener "sueños" y ser "memoria viva, activa y eficaz" de las enseñanzas de Jesucristo. "Que no se deja asfixiar o aplastar por profetas de calamidades y desgracias, ni por nuestros límites, errores y pecados", ha subrayado.
También se ha dirigido a los jóvenes para pedirles que "luchen contra todo egoísmo y rechacen dar rienda suelta a instintos de violencia y odio, que generan guerras y una triste procesión de miseria". "Sean generosos, puros, respetuosos, sinceros, construyan un mundo mejor que el presente", ha animado.
DOS OBISPOS CHINOS
Durante su homilía, Francisco ha destacado que por primera vez cuentan con la presencia en el Sínodo de dos obispos de China continental --después del acuerdo histórico firmado recientemente por el Vaticano--; y también ha recordado el Concilio Vaticano II, cuyo último mensaje fue dirigido a los jóvenes de aquella época.
Finalmente, ha hecho un llamamiento a los padres sinodales para que sepan "escuchar con sinceridad y sin prejuicios", que huyan de la "autopreservación", así como de "posiciones eticistas o elitistas" y busquen el interés común para responder a lo que reclaman los jóvenes. "Nos piden que no les dejemos solos en manos de tantos mercaderes de la muerte que oprimen sus vidas", ha añadido.
"Que el espíritu nos conceda la gracia de ser padres sinodales ungidos con el don de los sueños y la esperanza, para que podamos ungir a lo jóvenes con el don de la profecía y la visión", ha deseado.
