ROMA, 19 May. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco ha agradecido su amor por la Iglesia a los más de 200.000 miembros de los movimientos, de las nuevas comunidades, de las asociaciones y de las agregaciones laicas de todo el mundo reunidos como peregrinos en Roma con motivo del Año de la Fe y ha señalado que son un "don y riqueza para la Iglesia".
Al concluirse la "fiesta de la fe" iniciada este sábado con la vigilia y culminada este domingo con la Eucaristía, el Pontífice ha precisado que "una renovada Pentecostés ha transformado la Plaza de San Pedro en un cenáculo a cielo abierto".
"Hemos vivido la experiencia de una Iglesia naciente, concorde en oración con María, la Madre de Jesús, también nosotros, en la variedad de carismas, hemos experimentado la belleza de la unidad, de ser una cosa sola" ha señalado el Papa y ha añadido que eso "es obra del Espíritu Santo, que crea siempre nuevamente la unidad en la Iglesia".
Además, el Papa Francisco ha agradecido a todos los movimientos, asociaciones, comunidades y agregaciones eclesiales por ser "un don y una riqueza para la Iglesia" y por reunirse desde tantas partes del mundo.
A ellos, el Papa ha invitado a "llevar siempre la fuerza del Evangelio", a no tener miedo y a tener siempre "la alegría y la pasión por la comunión en la Iglesia". Que "el Señor resucitado esté siempre con vosotros y la Virgen os proteja" ha indicado antes del rezo del Regina Caeli.
Asimismo, el Papa Francisco ha recordado "en la oración a las poblaciones de Emilia Romana que el 20 de mayo del año pasado han sido golpeadas por el terremoto" y al despedirse el Papa ha deseado a todos buena fiesta, buen domingo y buen almuerzo.
Al finalizar el rezo del Regina Caeli, el Papa ha recorrido en el jeep los pasillos de la plaza de San Pedro y ha bendecido a los más de 200.000 fieles congregados este domingo de Pentecostés.
Por su parte, el presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, el arzobispo Rino Fisichella al finalizar la Misa ha destacado que en estos dos días el Papa Francisco ha invitado a los laicos a poner a "Cristo al centro" para que "la Iglesia sea sí misma, sin cerrarse" y para evangelizar a través de una cultura del encuentro.