ROMA, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha pedido a los seis nuevos cardenales creados este sábado que sean imitadores de Jesús que, ante Pilatos, manifestó su gloria: "la de amar hasta el extremo, dando la propia vida por las personas que amaba".
Durante la Celebración Eucarística que ha presidido en la Basílica de San Pedro junto a los seis neo cardenales, ha recordado que con este nombramiento les ha confiado "la ardua responsabilidad de dar testimonio del reino de Dios, de la verdad" y esto significa "resaltar siempre la prioridad de Dios y su voluntad frente a los intereses del mundo y sus potencias".
Asimismo, Benedicto XVI durante su homilía en la Misa de 'la Solemnidad de Cristo Rey' ha recordado que esta fiesta "se enriquece con la recepción en el Colegio cardenalicio de seis nuevos miembros" que, según la tradición, ha invitado esta mañana a concelebrar con Él la Eucaristía.
Por otra parte, el Papa ha destacado que en este "último domingo del año litúrgico la Iglesia llama a dirigir la mirada al futuro, o mejor aún en profundidad, hacia la última meta de la historia, que será el reino definitivo y eterno de Cristo" y ha asegurado que "cuando fue creado el mundo, al comienzo, él estaba con el Padre, y manifestará plenamente su señorío al final de los tiempos, cuando juzgará a todos los hombres".
Además, el Pontífice ha subrayado que "Jesús ha venido para revelar y traer una nueva realeza, la de Dios" sino que ha venido para "dar testimonio de la verdad de un Dios que es amor y que quiere establecer un reino de justicia, de amor y de paz".
En esta línea ha agregado que "quien está abierto al amor, escucha este testimonio y lo acepta con fe, para entrar en el reino de Dios" así como también ha apuntado que "con su sacrificio, Jesús ha abierto el camino para una relación profunda con Dios" ya que en él es posible ser "verdaderos hijos adoptivos" y ser "partícipes de su realeza sobre el mundo".
Así, el Papa ha remarcado que ser "discípulos de Jesús significa no dejarse cautivar por la lógica mundana del poder, sino llevar al mundo la luz de la verdad y el amor de Dios". En esta línea, Benedicto XVI ha apuntado que el discípulo Juan, autor del Apocalipsis, "amplía su mirada hasta la segunda venida de Cristo para juzgar a los hombres y establecer para siempre el reino divino" y recuerda a todos los hombres que "la conversión, como respuesta a la gracia divina, es la condición para la instauración de este reino" y ha añadido que se trata de una "invitación apremiante que se dirige a todos y cada uno de nosotros: convertirse continuamente en nuestra vida al reino de Dios, al señorío de Dios, de la verdad".
Al finalizar, ha recordado las palabras 'Venga a nosotros tu reino' de la oración del 'Padre nuestro' y ha indicado que es como decirle a Jesús.
