El Papa recuerda su participación en el Conciliación Vaticano II cuando era un "teólogo sin gran importancia, muy jóven"

Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 9 julio 2012 18:46

ROMA 9 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha recordado su participación en el Concilio Vaticano II, "cuando era un teólogo sin importancia, muy jóven", durante su visita de esta mañana a la Casa de los Verbitas en Nemi, localidad cercana a Castelgandolfo donde pasa sus vacaciones los meses de verano desde el pasado martes 3 de julio.

Así, Benedicto XVI ha evocado su estancia hace 47 años en el 'Centro ad Gentes', donde tuvo lugar la sesión de la 'Comisión Conciliar de las Misiones' en 1965 en la que participó el entonces teólogo y profesor Joseph Ratzinger como perito de la Asamblea Conciliar, y que él mismo ha señalado como "quizá el más bello de todo el Concilio".

El Pontífice ha sido recibido en la Casa de los Verbitas por los padres Heinz Kuluke, superior general electo, Antonio Pernia, superior general y Giancarlo Girardi, procurador general, posteriormente ha visitado la capilla del centro donde lo han recibido 150 participantes del Capítulo General de la Orden y la Comunidad de la Curia Generalicia de Roma. Después de adorar el Santísimo Sacramento, ha pronunciado un breve saludo.

Durante su discurso, el Papa ha recordado que en la sesión, celebrada del 29 de marzo al 3 de abril de 1965, donde se elaboró el proyecto del Decreto Conciliar del Vaticano II sobre la actividad misionera de la Iglesia, participaron también grandes teólogos como Fulton Sheen, "que fascinaba con sus discursos", el padre Congar y los grandes misionólogos de Lovaina, y ha señalado que esa experiencia fue un gran "enriquecimiento espiritual y un gran don". Así, se ha descrito como "un teólogo sin gran importancia, muy jóven" enviado sin saber por qué motivo.

Asimismo, el Pontífice ha subrayado que el decreto conciliar de las misiones "también es un complemento muy bueno de la Lumen gentium" que encuentra una eclesiología trinitaria que se basa en "el bien que tiene la necesidad en sí mismo de comunicarse" y ha resaltado que "el dinamismo misionero vive sólo si existe la alegría del Evangelio, en la experiencia del bien que viene de Dios y que debe y quiere comunicarse".

Al finalizar su discurso, el Papa ha ofrecido a los participantes del Capítulo general "una bendición del Señor y mucha inspiración" para que las mismas fuerzas del Espíritu Santo que acompañaron en el tiempo del Concilio "sean casi visiblemente de nuevo presentes entre ellos para ayudar a encontrar la vía, para su Compañía".

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