ROMA, 14 Mar. (EUROPA PRESS/G. Moreno) -
El Papa Benedicto XVI resaltó hoy la "unidad fundamental que liga entre sí a todos los fieles en Cristo" y que hace que "los roles" que desempeñan dentro de la Iglesia -ya sean pastores o laicos-- "no se puedan contraponer".
El Papa, que hizo estas declaraciones durante la audiencia general que cada miércoles preside en la Plaza San Pedro y a la que acudieron unos 25.000 fieles, recurrió a la imagen de la "sinfonía" para describir "la comunión de los creyentes entre ellos mismos y sus pastores", sin dejar de subrayar la "responsabilidad peculiar" que tienen "los obispos, los presbíteros y los diáconos en la edificación de la comunidad".
Asimismo, insistió en que los fieles deben realizar una "síntesis progresiva entre la configuración con Cristo" y "el compromiso con su Iglesia"; entre "la comunión de la Iglesia en su fuero interno" y la "misión" de proclamar el Evangelio a los demás.
El Papa dedicó su catequesis a San Ignacio de Antioquia, que fue obispo de esta ciudad entre los años 70 al 107 d.C. Al final de su vida, fue condenado a ser devorado por las fieras y en el camino hacia Roma -donde tenía que cumplirse la condena-- aprovechó para reafirmar en la fe a los cristianos que habitaban en las distintas ciudades por las que pasó.
Benedicto XVI aseguró que "ningún padre de la Iglesia ha expresado con la intensidad de Ignacio el anhelo de unión con Cristo", a lo que añadió que en el pensamiento de este padre de la Iglesia confluyen "dos corrientes espirituales: la de Pablo, que tiende a la unión con Cristo y la de San Juan, concentrada en la vida en Él". A su vez, agregó, estas dos corrientes se unen en la imitación de Cristo".
Una vez finalizada la audiencia, se dirigió a la Fábrica de San Pedro para saludar a los trabajadores de esta institución pontificia, que se encarga, entre otras cosas, del mantenimiento de la basílica vaticana.
EL CORAZÓN DE LA IGLESIA SIGUE LATIENDO
El Romano Pontífice aprovechó la ocasión para recordarles que desempeñan su labor profesional "en el corazón de la Iglesia Católica". "Un corazón que late, gracias al Espíritu Santo, que lo mantiene siempre vivo, pero también gracias a la actividad de los que diariamente lo hacen funcionar", señaló.
Para Benedicto XVI, aunque ya hayan pasado algo más de 500 años desde la colocación de la primera piedra de la segunda basílica vaticana de San Pedro, "está siempre viva". "No es un museo", insistió, sino "un organismo espiritual y también las piedras participan de esta vitalidad".
Finalmente, agradeció a los empleados su "contribución", ya que, gracias a ellos, "tantas personas pueden vivir fructuosamente su peregrinación o sencillamente su visita a la basílica vaticana y llevarse al regreso un mensaje de fe y esperanza", concluyó.