MADRID, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los intentos de suicidio pueden estar motivados por una mezcla de factores genéticos y ambientales y, de hecho, los problemas con la pareja hacen que estas personas presenten un riesgo de suicidio 30 veces mayor que el resto de la ciudadanía, según explicó hoy el profesor de Psiquiatría de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), Enrique Baca, en el marco de las jornadas 'La conducta suicida' que se han celebrado hoy en Madrid.
Según explicó este experto, este tipo de conductas pueden estar provocadas por un componente hereditario, influido por el hecho de que tras el 90 por ciento de los intentos de suicidio hay algún trastorno mental subyacente. No obstante, más allá de estos factores genéticos hay un patrón conductual afectado por factores estresantes o de personalidad.
En este sentido, se ha comprobado que los problemas de pareja hacen que el riesgo de suicidio sea 30 veces mayor, los conflictos interpersonales que el riesgo sea 10 veces mayor, y otras cuestiones de personalidad como la impulsividad o la agresividad hacen que aumente unas ocho veces el riesgo de optar por el suicidio.
En cualquier caso, los motivos del suicidio varían mucho según las edades, ya que mientras en la población joven está asociado al consumo de sustancias adictivas o al alcohol, en el caso de las personas de edad más avanzada afectan factores emocionales como la pérdida de seres queridos, la soledad o la incapacidad por enfermedad.
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), relativos a 2008, reflejan un aumento del número de suicidios en España, que causan cerca de 10 fallecimientos por cada 100.000 habitantes, "el equivalente a 22 accidentes de Spanair", señaló el doctor Lucas Giner, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla, aunque "los intentos de quitarse la vida que no consuman siguen siendo muchos más".
De este modo, mientras que un 1 por ciento de los jóvenes que intentan suicidarse lo consiguen, en las personas de más de 65 años es mucho mayor, aproximadamente de uno de cada cuatro. Además, entre el 30 y el 50 por ciento de los fallecimientos por suicidio habían realizado un intento previo y un porcentaje amplio han acudido previamente a su médico de Atención Primaria e incluso lo suelen comentar, tanto a estos profesionales como a la gente de su entorno, lo que indica que "se puede prevenir".
PLANES ESPECÍFICOS DE PREVENCIÓN
De hecho, añadió la profesora de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo Pilar Sáiz, aquellos países que han implantado programas específicos de prevención a través de los profesionales sanitarios, como es el caso de Hungría, han reducido a la mitad el número de suicidios consumados en los últimos años.
Entre las recomendaciones para la prevención del suicidio, esta experta aboga por incrementar la formación de los profesionales de la salud, fomentar la concienciación sobre el problema a nivel comunitario y entre profesionales sanitarios y de otros sectores relevantes o facilitar medidas de soporte para aquellas personas que hayan realizado tentativas suicidas o que, de modo indirecto, se hayan visto afectadas por ellas.
De hecho, la falta de estas medidas de seguimiento tras la atención hospitalaria dificulta el seguimiento de estos pacientes, como reconoció el catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid José Luis Ayuso, quien aseguró que tan sólo un 20 por ciento de las personas atendidas en la Comunidad de Madrid por un intento de suicidio acudieron a una consulta de salud mental tres meses después de ser dados de alta.
Sin embargo, el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), Julio Bobes, echó en falta un desarrollo de la Estrategia Nacional en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud (SNS) y criticó que el compromiso para reducir los suicidios que acordaron todos los países de la Unión Europea en Helsinki, en 2005, "todavía no se ha aplicado".
ADECUAR LA ESTRATEGIA A CADA CCAA
Asimismo, este experto reclamó que se hagan planes específicos de prevención ajustados a las necesidades de cada comunidad autónoma ya que las tasas de suicidio y sus motivos varían mucho entre unas y otras. Las mayores tasas se detectan en Asturias, Baleares y Cantabria, mientras que las menores tasas de suicidio se detectan en Andalucía.
"Las zonas más afectadas son aquellas que históricamente se han visto más afectadas por la emigración de sus habitantes, quedándose en ellas los más desfavorecidos y susceptibles de suicidio", explicó.
Por otro lado, el presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), José Giner, reconoció que los medios de comunicación "pueden informar" sobre los intentos de suicidio sin que repercuta en un aumento de casos y "siempre que no se entre el detalle". A su juicio, la información de cada caso puede ser útil "pero el interés morboso no".