BILBAO 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
La parlamentaria del PSE-EE Isabel Celaá denunció hoy el "fracaso sin paliativos" del consejero de Educación, Tontxu Campos, en materia de formación en euskera del profesorado vasco ante el "elevado" número de suspensos en las pruebas de perfiles lingüísticos.
En su opinión, esta situación "obligaría a cambiar de política a cualquier otro consejero que no inspirara su política en fundamentos tan doctrinarios como los que inspiran al actual titular del Departamento".
Celaá explicó, en una iniciativa parlamentaria relativa a los resultados de las pruebas de perfiles lingüísticos, que en las pruebas libres del mes pasado suspendieron más del 78 por ciento de los docentes que se presentaron al PL1 y más del 84 por ciento de los que se presentaron al PL2, mientras que en la última convocatoria restringida los suspensos se elevaron al 44,88 por ciento para el PL1 y al 65,95 por ciento para el PL2.
Además de pedir explicaciones sobre las causas de "tan elevado" número de suspensos, la parlamentaria socialista cuestionó al consejero de Educación "qué se debería modificar en el tipo de enseñanza del euskera que se da a ese profesorado y qué en el examen", así como las medidas que es preciso adoptar "para evitar este fracaso que se repite año tras año".
Isabel Celaá preguntó además por qué no aplica el Departamento la evaluación continua al profesorado liberado en el programa Irale, por qué no se incluye un porcentaje de la nota del curso en la nota final y cuándo presentará "la anunciada reforma del Irale".
POLITICA INSOSTENIBLE
"La política de formación en euskera del profesorado que sigue el consejero Tontxu Campos -añadió Isabel Celaá- no tiene futuro. Es tan insostenible, que el mismo Departamento la tiene que devaluar, permitiendo a los docentes con PL2 examinarse en castellano, en las oposiciones para acceder a las 600 plazas de Secundaria, FP y Escuelas de Idiomas que ha sacado a concurso el Gobierno vasco, según ha trascendido en las últimas horas".
En su opinión, esta decisión, además de "implicar una esquizofrenia alarmante" en materia lingüística, es "una auténtica burla hacia una inmensa mayoría de profesores que han quedado marginados de estas oposiciones" por no poder acreditar el PL2 y "un acto de discriminación" para con los profesores de lenguas extranjeras (inglés, francés o alemán), que "sí se ven obligados a hacer los exámenes en el idioma en el que van a impartir sus clases".