Rouco Varela: "El Estado no puede manipular los orígenes y la naturaleza de la familia y el matrimonio"

Actualizado: lunes, 31 diciembre 2007 1:01


MADRID, 31 Dic. (OTR/PRESS) -

"El Estado no puede manipular a su gusto los orígenes y la naturaleza de la familia y el matrimonio". Con estas palabras, el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, criticó la situación que, según él, está viviendo la sociedad española en lo referente al papel de la familia. Y así se lo hacía saber a los cientos de miles de personas que participaron en la concentración, organizada por el arzobispado, bajo el lema 'Por la familia Cristiana", que ayer se celebró en Madrid.

Durante la homilía que se llevó a cabo durante la concentración, Rouco Varela quiso defender el derecho de las familias a ser "defendidas por la sociedad y el Estado", un hecho que, a su entender, no se está produciendo en estos momentos. En España "el ordenamiento jurídico ha dado marcha atrás respecto a la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas", que establece la familia como "núcleo natural y fundamental de la sociedad", señaló.

Así, denunció que "ni la autoridad ni el Estado" pueden "manipular a su gusto los orígenes y la naturaleza de la familia y las propiedades esenciales" del matrimonio, unión que, a su juicio, "viene determinada por Dios a través de la naturaleza del ser humano y la norma moral natural de la que ella se desprende". En este sentido, el arzobispo de Madrid quiso destacar, durante su intervención, que la causa de esta situación es que actualmente y desde edades muy tempranas "se fomentan prácticas y estilos de vida opuestos al valor del amor indisoluble" entre hombre y mujer.

Del mismo modo, denunció que estas prácticas en contra del amor indisolubles están "posibilitadas y favorecidas por las leyes vigentes". Por ello, apeló a los congregados en la madrileña Plaza de Colón, a que fueran capaces de "que se produzca una verdadera conversión de las conciencias de las personas, tanto en la opinión pública como en la estimación popular, en la valoración política y en la legislación del Estado".

Tras la intervención de Rouco Varela, el Papa también se dirigió a los congregados mediante videoconferencia, desde la plaza de San Pedro en Roma. En un discurso en castellano, Benedicto XVI animó a los españoles a trabajar por la familia y el matrimonio porque "vale la pena trabajar por el hombre", señaló. El pontífice apuntó, además, que son los padres los que tienen la "obligación fundamental" de educar a sus hijos en la fe y animó a las familias cristianas a "experimentar el proceso del amor del señor en sus vidas" a través de dicho sacramento.

MARCHA 'POR LA FAMILIA CRISTIANA'

Un millón de personas, según la comunidad de Madrid y más de dos millones, según la organización, escucharon estas declaraciones, y secundaron la marcha organizada por el arzobispado de Madrid 'Por la familia Cristiana'. El acto arrancó a las 11.00 horas de ayer y para la ocasión, el Ayuntamiento de la capital dispuso una plataforma de 42 metros desde la que se llevaron a cabo distintas intervenciones, así como una pantalla de 24 metros cuadrados, desde donde los asistentes pudieron seguir las declaraciones del Papa.

Durante el acto también intervino el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, quien consideró que "el matrimonio y la familia son el centro neurálgico de la humanidad" y advirtió que "en medio de los llamados modelos de familia", la cristiana puede "difuminarse".

Asimismo, el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, apuntó que "la cultura del laicismo radical" conduce a "la disolución de la democracia" y sigue un camino que "no respeta la Constitución del 78". Dicho laicismo es, en su opinión, "un fraude y un engaño" que "sólo conduce a la desesperación por el camino del aborto, el divorcio express y las ideologías que pretenden manipular la educación de los jóvenes". Por su parte, el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, denunció que la familia, pese a ser "la institución social más valorada, está siendo sacudida en sus cimientos, incluso con legislaciones injustas e inicuas" y "sufre ataques de gran calado", por lo que "hoy se puede considerar la salvaguarda del matrimonio como el primer problema social".

Por último, prestaron su testimonio tanto jóvenes como abuelos y padres de familia, que ilustraron basándose en su experiencia, la realidad de la vida familiar en el seno de la fe cristiana en España.