BERLÍN, 19 Ene. (EUROPA PRESS/Rosa Aranda) -
El huracán 'Kyrill', que ha azotado fuertemente la geografía alemana con vientos de hasta 160 kilómetros por hora y se ha cobrado diez muertos, no se ha despedido de este país y la situación sigue siendo crítica, especialmente en los principales centros de transporte, como estaciones de tren y aeropuertos.
Varias estaciones suspendían hoy la totalidad o casi totalidad de las salidas de sus trenes y los millones de ciudadanos afectados se amontonaban en las salas de espera. En la nueva estación central de Berlín, la situación empeoraba hoy al desplomarse una viga de acero de dos toneladas, motivo por el cual una parte del edificio hubo de ser acordonado.
Los colegios del estado federado de Baviera, en el sur del país, también permanecieron cerrados hoy para evitar poner a los niños en una situación de peligro, informaron fuentes del gobierno regional.
El Servicio de Meteorología Alemán (DWD) ha declarado el estado de alerta en las zonas montañosas del sur y centro del país, y aunque en la costa los vientos han disminuido su velocidad, la situación sigue siendo peligrosa.
Mientras en Europa las víctimas del huracán se elevan a 34, en Alemania 'Kyrill' se ha cobrado por el momento la vida de 10 personas, entre ellas un bebé de 18 meses que falleció ayer en Munich por el impacto de una puerta de una terraza que fue arrancada por el viento y chocó fuertemente contra el niño y contra un hombre que también falleció.
Entre las otras víctimas se encuentran dos bomberos y un hombre que murió cuando su vehículo chocó violentamente contra un árbol caído en una carretera del sur del país.
Alrededor de 10.000 personas pasaron esta noche sin electricidad en el oeste de Alemania y pese a esta falta, las autoridades y los meteorólogos siguen recomendando desde ayer permanecer en casa y no salir a la calle. No en vano, se trata del peor huracán de los registros históricos alemanes.
Los efectivos de la guardia costera, policía y bomberos alemanes han estado continuamente activos desde el jueves debido a los numerosos incidentes que se han producido y la cantidad de árboles caídos, coches destrozados y atrapados, techos derrumbados y tendidos eléctricos arruinados que hay en todo el territorio germano.
A parte de los fuertes vientos en Alemania, las lluvias han sacudido doblemente el país. En los estados federados de Renania del Norte-Westfalia y Baja Sajonia la cantidad de agua por metro cuadrado llega ya hasta los 50 litros, pero también en el resto de Laender ha llovido abundantemente. En Berlín, por ejemplo, varias calles permanecen hoy inundadas, lo que está dificultando notablemente la labor de los bomberos, policías y voluntarios.
El Servicio de Meteorología Alemán (DWD) había pronosticado antes de la llegada del huracán, que éste sacudiría fuertemente la costa báltica y que el viernes atravesaría el mar Báltico, cruzaría Dinamarca y se dirigiría mañana a los países bálticos. El mismo organismo ha indicado que no será hasta mañana cuando los vientos disminuyan considerablemente y habrá que esperar hasta el lunes a que la situación se normalice totalmente en Alemania.
