S.Santa.- El predicador del Papa destaca que la unidad de la Iglesia es un "don que hay que acoger"

Actualizado: viernes, 21 marzo 2008 20:15

ROMA, 21 Mar. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -

El predicador de la Casa Pontificia, el franciscano Raniero Cantalamessa, destacó hoy que la unidad de la Iglesia "antes que un objetivo que hay que conseguir es un don que hay que acoger", según afirmó durante la celebración litúrgica del Viernes Santo.

La ceremonia fue presidida esta tarde por el Papa Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro ante la presencia de miles de fieles. En esta celebración la Iglesia conmemora la muerte y pasión de Jesucristo a través de la lectura litúrgica de la Pasión, una Oración universal por las necesidades del mundo, la adoración de la Cruz y la Comunión.

Cantalamessa explicó que "la unidad debe ser un signo 'para que el mundo crea'" y "ésta es la que se ha perdido y es preciso reencontrar". Si bien "no podemos 'quemar las etapas' por lo que respecta a la doctrina, porque las diferencias están y hay que resolverlas con paciencia y en las sedes apropiadas", sí se puede, en cambio, "quemar las etapas en la caridad y estar más unidos a partir de ahora", destacó.

El predicador del Papa hizo referencia al ejemplo de la fundadora del movimiento de los Focolares, Chiara Lubich, que murió la semana pasada y a cuyo funeral acudieron numerosos representantes de otras religiones y confesiones cristianas.

"Ella fue una pionera y un modelo de este ecumenismo espiritual del amor", ya que supo demostrar que "la búsqueda de la unidad entre los cristianos no lleva a cerrar las puertas al resto del mundo, sino que es el primer paso y la condición para un diálogo más vasto con los creyentes de otras religiones y con todos los hombres que se preocupan por la humanidad y por la paz".

Cantalamessa consideró que "no depende de nosotros decidir cuándo y cómo se realizará plenamente esta unidad" ya que "sólo Dios puede hacerlo".

Según su análisis, la situación actual, "al inicio del tercer milenio, no es la misma que al inicio del segundo milenio, cuando se produjo la separación entre Oriente y Occidente, ni tampoco la misma que a mitad del segundo milenio, cuando se produjo la separación entre católicos y protestantes".

"La distinción fundamental entre los cristianos no es entre católicos, ortodoxos y protestantes sino entre los que creen que Cristo es el Hijo de Dios y los que no lo creen", concluyó.