UGT exige que la Ley Trans obligue a las empresas grandes a tener un Plan específico LGTBI contra la discriminación

El sindicato denuncia que el 86% de las personas LGTBI considera necesario ocultar en el trabajo su condición sexual

Archivo - Una mujer sostiene una bandera LGTB
Archivo - Una mujer sostiene una bandera LGTB - MURAT BAYKARA / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO
Europa Press Sociedad
Publicado: jueves, 7 octubre 2021 12:18

MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -

UGT quiere que la Ley Trans y LGTBI que se encuentra en fase de tramitación en el Congreso incluya la obligatoriedad para empresas de más de 250 empleados de un Plan específico LGTBI frente a la discriminación que el colectivo sufre en el ámbito laboral.

El vicesecretario general de Política Sindical, Mariano Hoya, ha puesto en valor la negociación colectiva en las empresas como "instrumento fundamental" para, entre otras cosas, conseguir "las más altas cotas de igualdad en el centro de trabajo", no solo en materia de salarios o condiciones laborales, sino en relación a eliminar la "discriminación por cualquier causa".

En este sentido, se ha referido a la necesidad de lograr la igualdad en dos grupos "especialmente vulnerables" como son la mujer y las personas LGTBI, en un momento que, ha indicado, es "especialmente preocupante" por la actitud de "ciertos partido" que "jalean", "apoyar" y "no lamentan" el "problema de acoso y persecución" que sufren estos grupos.

En este sentido, ha criticado la "resistencia del colectivo empresarial" en la redacción de convenios y cláusulas concretas para el colectivo. Hoya ha explicado que la frase más repetida en estas situaciones es "eso no pasa en esta empresa".

UN 86% VE NECESARIO OCULTAR SU CONDICIÓN SEXUAL

Sin embargo, en un estudio realizado por UGT sobre la situación de las personas LGTBI en las negociaciones colectivas, se recoge que el 90% de las personas LGTBI se ven en "desventaja" a la hora de encontrar empleo y de promoción en el trabajo. El 86% de ellas, además, considera "necesario" ocultar su condición sexual en los centros de trabajo.

Estas cifras, que se han conseguido en una encuesta realizada a más de 4.000 personas, y que este jueves ha presentado el responsable del Área Confederal LGTBI, Toño Abad, preocupan al sindicato. Tal y como ha explicado Abad, cuando un grupo no es visible, renuncia a sus derechos.

En este sentido, la encuesta también recoge que tres de cada cuatro encuestados han tenido miedo a revelar su orientación al entorno laboral y, en el caso de las personas trans, un 40% han reconocido haber sido rechazadas para un empelo por su condición.

Además, el estudio señala que solo 3 de cada diez convenios analizados para el trabajo (de una muestra de 1.200), contemplan cláusulas específicas sobre la situación de las personas LGTBI y, en su mayoría, ha apuntado Abad, son "de carácter débil", con cuestiones "generales antidiscriminaciones", similar a una "declaración de intenciones" y "sin concreción". En el caso de las personas trans, ha apuntado "no hay ninguna".

Es por eso que, desde UGT, han llamado al Gobierno a "hacer todo el esfuerzo" posible para "incluir en la negociación del convenio colectivo" estas cláusulas específicas. En concreto, quieren que las empresas de más de 250 empleados estén obligadas a tener un Plan específico para la no discriminación de las personas LGTBI.

El sindicato quiere aprovechar la fase de tramitación de la norma en el Congreso para introducir medidas como esta y modificar el texto actual que, a su juicio, "no cambia la situación" pues habla de "fomentar", "apoyar" o "instar", cuando, apuntan, "hay una obligación legal de cumplir con la igualdad y el derecho a la igualdad de oportunidades".

La redacción actual de la Ley Trans y LGTBI, ha apuntado el responsable del Área Confederal LGTBI de UGT, "tiene sesgo de arbitrariedad", ya que plantea medidas voluntarias. "Lo que hay que hacer en ese texto es obligar a la empresas en sus planes de Igualdad", ha apuntado.

Abad ha señalado que "quedarse en el armario" en el trabajo implica que alguien no pueda decir "quién es" y, por tanto renunciar, no solo al derecho a la libertad de por ser quien es, sino también a otros derechos como los permisos por acompañamiento del cónyuge, por matrimonio o por adopción, ante la necesidad de "ocultar toda esa parte de su vida".

La horas que una persona pasa en el lugar de trabajo, ha recordado Abad, convierte a este en un lugar de importante socialización y el hecho de que alguien no pueda decir quién es le convierte en "el rarito" del trabajo y se queda "en una zona de exclusión" que, a su juicio, "no es aceptable" en una sociedad como la española.

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