Accidente Barajas.- Psicóloga reconoce que la identificación es necesaria para superar la primera fase del duelo

MADRID 21 Ago. (EUROPA PRESS) -

La necesidad de una pronta identificación de los cadáveres resulta imprescindible para que los familiares de las víctimas puedan pasar "a la siguiente fase del duelo", una vez que logren "liberar sus emociones y controlar sus impulsos", como los de autolesionarse, según explicó hoy una de las psicólogas del Colegio de Psicólogos de Madrid que está trabajando en el Ifema, Miriam González.

En declaraciones a Europa Press Televisión, González indicó que aunque los casos son muy diversos, "todos los familiares se encuentran en una situación de shock, y tienen que asimilar lo que les ha sucedido, que no es fácil".

El papel de los psicólogos en este punto es el de ayudarles para que liberen sus sentimientos y superen algunos comportamientos que pueden resultar negativos para ellos mismos, como el de "golpearse contra las paredes" o permanecer totalmente retraídos.

Sin embargo, junto a esto, se hace imprescindible que su familiar sea identificado. "Hasta que no cierren el primer episodio de la identificación, puedan llevarse a sus seres queridos y realizar el acto oportuno, no van a poder pasar hasta la siguiente fase del duelo", dijo.

No obstante, indicó que si tal y como han señalado todos los expertos forenses, el reconocimiento de algunas personas puede dilatarse en el tiempo, el proceso de duelo por el que van a pasar algunos afectados también "va a ser largo".

UN CENTENAR DE PROFESIONALES

Un centenar de profesionales del Colegio de Psicólogos de Madrid se encuentra desde ayer desplegado en el Ifema prestando asistencia a los familiares de las víctimas.

Aunque la mayoría de los afectados, en un primer momento, no creen necesitar ayuda especializada, con el paso de las horas suelen ser ellos mismos los que la solicitan y se acercan a los psicólogos para contarles lo que les sucede e intentando buscar explicaciones a lo que les ha ocurrido.

Algunos afectados pueden desarrollar como consecuencia de esta vivencia un miedo irracional a volar, en cuyo caso, requerirán la ayuda de profesionales y seguir una terapia.

Pero también para los psicólogos resulta una experiencia difícil, porque sobre ellos recae "toda la carga emocional" de los familiares. Por eso, tras cada uno de los turnos, mantienen una reunión de grupo en la que cada uno explica lo que ha sentido.

Al margen de lo complicado de la situación, esta psicóloga reconoció que la experiencia, "junto a la del 11-M, son experiencias vitales que aportan mucho", entre otras cosas, porque se pone de manifiesto "la respuesta solidaria de los compañeros", muchos de los cuales han acudido de forma voluntaria.