Los afectados del atropello de la discoteca Manhattan de Huesca continúan un año después intentando superar las secuelas

Europa Press Nacional
Actualizado: lunes, 28 julio 2008 17:59

HUESCA 28 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un año después del atropello que causó la muerte a dos personas y heridas a otras siete, en las puertas de la Discoteca Manhattan de Huesca, los afectados intentan aún superar las secuelas.

En el atropello fallecieron dos personas cuando un conductor en estado de embriaguez y que circulaba a 150 kilómetros por hora, embistió a un grupo de 20 personas que se encontraba a las puertas de ese local de ocio nocturno, que se ubica en el Polígono Sepes. Dos personas murieron, Ángel Javier Pérez Portes, de 40 años, y Benito Bernad, de 26 años, y de los siete heridos, uno sigue todavía ingresado.

El presunto autor de los hechos, Víctor Manuel Gómez, de 22 años de edad, sigue en la cárcel de Zuera (Zaragoza) a la espera del juicio. El Juzgado de Instrucción número 1 de Huesca decretó su ingreso en prisión al imputarle dos delitos de homicidio imprudente, siete de lesiones y uno contra la seguridad en el tráfico.

Un año después del suceso, las víctimas continúan superando sus secuelas y reclaman justicia, como se pudo escuchar a última hora de la tarde de ayer en Huesca, con motivo de la concentración convocada por amigos y familiares de los afectados.

Julia Bernad, madre Benito Ríos, una de las víctimas mortales, pidió encarecidamente que no se financie ninguna cárcel con su dinero. "Siempre se pide justicia, pero es una ironía porque en España no hay". Dijo que "yo estoy manteniendo al asesino de mi hijo; en las cárceles hay juegos, diversiones o piscinas, pero mi hijo ya no está". Un año después de los hechos, confesó que "el día se lleva más o menos, pero la noche, no".

Cristina Ríos, hermana de Benito, manifestó que "los ánimos están mal, al principio no te lo crees, porque es un golpe demasiado fuerte y ahora que te haces a la idea, cada vez es más duro porque ves que tu hermano ya no va a volver". Además expresó su deseo de que "al culpable le caiga la pena más grave, no por accidente de coche porque le caerían cuatro años, sino por asesinato".

José Antonio Rodríguez, uno de los heridos más graves, al que hubo que amputarle las dos piernas y quedó ciego dijo que "dentro de la tristeza que es recordar este día hay que planear cosas bonitas entre todos y sobre todo que se haga justicia". Aseguró que cada día se encuentra mejor y con ganas de seguir. "Después de haber estado tan mal, es una auténtica fiesta poder hacer cosas como ducharte solo y es que das valor a cosas que antes no prestabas tanta atención", además "tengo mucho que aprender porque soy ciego novato".

Por su parte, otro de los heridos, Santiago Mainer, recordó que estuvo ingresado en el hospital un mes y medio. "Quedan secuelas, pero voy trabajando en la rehabilitación, luchando para quedar lo mejor posible".

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