El Centro de Convenciones Internacional de Barcelona guarda silencio tras la detención de los asesinos de Touriño

Actualizado: miércoles, 1 julio 2009 20:07

BARCELONA, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB) guarda silencio tras la detención el fin de semana de ocho de los implicados en el asesinato del director de la empresa que gestiona el centro, Félix Martínez Touriño, entre ellos, el inductor, el jefe del área de audiovisuales de la empresa, que seguía en plantilla el día de su detención.

Según informó el CCIB en un comunicado, la dirección y los trabajadores de la empresa continuarán "prestando el máximo apoyo a las autoridades competentes para el total esclarecimiento del caso", aunque no realizarán declaraciones a los medios de comunicación para evitar entorpecer las acciones policiales y judiciales.

En el texto, el CCIB confía en que la "futura resolución definitiva del caso contribuirá, sin duda, a aliviar el profundo dolor que tan injusta pérdida ha provocado en sus familiares, allegados, amigos y colaboradores".

Fuentes cercanas al caso informaron a Europa Press de que Manuel M.B. decidió encargar el asesinato a un sicario porque Touriño descubrió que se enriquecía de forma ilícita a costa de la empresa y había decidido despedirle.

El autor intelectual, que ya declaró ante los Mossos, pagó 12.000 euros a un sicario --colombiano y sin experiencia anterior como asesino a sueldo-- para que matara a tiros a Touriño. El asesino repartió el dinero con el resto de implicados, aunque se desconoce qué cantidad cobró cada uno.

La hermana de Manuel M.B. fue quien le puso en contacto, al parecer a través de su marido, también de nacionalidad colombiana, con el asesino y los colaboradores que facilitaron el arma homicida --una Daewoo--, un coche, así como información y apoyo logístico.

El mismo lunes por la tarde, después de las detenciones de los ocho implicados en el crimen ese mismo fin de semana, los Mossos registraban el despacho de Manuel M.B. en el mismo CCIB, donde seguía trabajando tras la muerte de su jefe el 9 de febrero, que recibió un disparo en plena calle cuando acababa de salir de casa a primera hora de la mañana.