Actualizado: jueves, 8 mayo 2008 16:01


MADRID, 8 May. (EUROPA PRESS) -

Un vecino de la localidad madrileña de Boadilla denunció hoy que se "arrancó el pulpejo del índice de la mano" al saltarle un muelle cuando intentaba abrir una cama nido de Flex delante de sus 3 hijos menores de 8 años. Ante "la callada por respuesta" de la marca, emprenderá acciones legales porque "nadie que manipula una cama nido piensa que le va a arrancar una parte de su cuerpo al actuar como una guillotina", asegura.

En declaraciones a Europa Press Televisión, Vicente García detalló sentado en la propia cama, que ahora tiene que tomar unas 14 pastillas diarias entre antibióticos, antiinflamatorios y tranquilizantes después de que un cirujano plástico le intentase "reimplantar el dedo para que se pudiera salvar y quedaran las menores secuelas". "El cirujano me avisó de que podía ser que la cicatriz doliera siempre al hacer alguna presión o, en caso de que no coja el injerto, habría que eliminar ese trozo y quedaría un muñoncito", afirma.

Por su trabajo como director comercial se verá afectado a la hora de utilizar el ordenador, conducir y la presencia a la hora de encontrarse con clientes. "Si vas con una uña negra o un fragmento arrancado, es una secuela muy importante", señala.

Según describe Vicente, sus hijos iban a ayudarle a sacar la cama nido, pero él rehusó su ayuda. "Al sacar la cama de debajo de la otra y levantarla un poco, saltó el muelle y me arrancó el trozo de dedo con ellos delante, lo cual fue bastante horrible porque vieron la mano ensangrentada con un trozo que le faltaba", explica Vivente todavía sorprendido de lo ocurrido.

De hecho, considera que "si un niño levanta uno de las partes de una cama nido y salta la pata con esa fuerza, con el tamaño que tiene su mano, se la puede arrancar perfectamente". "Tu hijo en algún momento puede querer levantar la cama que está debajo porque se le ha caído un muñeco", apunta Vicente dándose cuenta de lo que podría haber pasado en el caso de que alguno de sus hijos le hubiera ayudado.

Después de lo sucedido el pasado 20 de abril, el abogado de Vicente se puso en contacto con Flex como fabricante y a Carrefour como distribuidor, pero le dieron "la callada por respuesta". "Lógicamente vamos a demandar básicamente por daños físicos y morales porque las secuelas graves en mi trabajo interfieren mucho", aseguró.

Por su parte, fuentes de la empresa Flex en declaraciones telefónicas, aseguran que la primera noticia que han tenido de este caso fue ayer "a través de una carta" de los abogados de Vicente, y a partir de ahora, esperan estudiar el "caso detenidamente".

Por último, concretó que tiene el "interés de que Flex sea consciente de que ha puesto en circulación una guillotina y tiene que enmendar eso y avisar a los consumidores de que tienen que ir con muchas precauciones". "Pretendemos que o quiten estos productos de la circulación, o bien le incorporen unos sistemas de seguridad serios", concluyó.