BARCELONA 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Policía Nacional ha detenido a una mujer de Guatemala por simular su propio secuestro y varias agresiones sexuales al enviar, mientras se encontraba de vacaciones en Barcelona, mensajes SMS a su marido sobre los supuestos crímenes sufridos cuando en realidad había venido a España para encontrarse con un hombre que había conocido en Internet.
La mujer inventó que había sido retenida en un lugar que desconocía y obligada, junto a otras víctimas, a tener prácticas sexuales con su captor. Cuando fue localizada en Barcelona no presentaba lesiones y, una vez en comisaría, tras una serie de incongruencias y contradicciones, reconoció que todo el relato era falsa.
OPERACIÓN INTERNACIONAL
Las investigaciones se iniciaron el 28 de julio al recibir la Policía una comunicación oficial de la Embajada de Guatemala en España en la que se informaba sobre el posible secuestro de una ciudadana del país y que presuntamente se encontraba retenida contra su voluntad en Barcelona.
Había venido de vacaciones a la ciudad el 22 de julio y, a partir del 23, su marido comenzó a recibir una serie de mensajes telefónicos de su mujer, en la que le informaba que se encontraba secuestrada y era víctima, junto a otras mujeres, de agresiones sexuales por parte de un individuo.
La Policía inició un operativo para liberar a la presunta víctima hasta que la localizó en Barcelona, momento en el que ella aseguró que había conseguido escaparse de sus captores, por lo que de acuerdo con el protocolo, fue acompañada a un centro médico con el objeto de llevar a cabo un examen sanitario, que no detectó ningún tipo de lesión.
Ya en comisaría, reconoció ante los investigadores haberse inventado el secuestro y las agresiones sexuales, y que había mentido para alargar la estancia en Barcelona, ciudad a la que se había desplazado para conocer a un hombre con el que mantenía contacto por Internet.
En un principio, aseguró que el individuo le había robado sus joyas, pero luego se demostró que también era falso ese robo. Diferentes testigos identificaron a ambos en el momento de vender las joyas de manera consensuada.