Detenidas 36 personas de una red de tráfico de droga en Gijón que tenía conexiones con 'narcos' gallegos

Europa Press Sociedad
Actualizado: viernes, 1 junio 2007 17:12

GIJÓN 1 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Policía ha desarticulado en Gijón una red de tráfico de droga en el marco de la operación 'Berrea' en la que resultaron detenidas 36 personas, 16 de las cuales han ingresado ya en prisión. En la operación se han intervenido 2,5 kilos de cocaína, 2,3 kilos de adulterante, 29.293 euros, tres armas simuladas y una pistola del calibre 22, según informó la Policía a través de una nota de prensa.

De los detenidos, uno es de nacionalidad colombiana y otro brasileña. La red tenía conexión con narcotraficantes gallegos.

En la operación policial, coordinada desde la Jefatura Superior de Policía de Asturias y en la que han intervenido las Comisaría de Oviedo, Gijón, Avilés y Langreo, participaron 25 policías nacionales especializados en la persecución de los delitos de tráfico de drogas. Las investigaciones duraron un año.

Desde el mes de abril del año 2006 la Comisaría de Gijón a través de la informaciones obtenidas por los propios Grupos de Investigación, las sucesivas reuniones mantenidas por el Delegado de Relaciones Ciudadanas con las asociaciones vecinales y por llamadas anónimas, confirmaron la existencia de un grupo criminal organizado, con contactos con grupos de narcotraficantes gallegos que no sólo operaba en Gijón, sino que surtía de cocaína al resto de Asturias.

La investigación ha permitido realizar un desmantelamiento de la red de abajo a arriba, es decir partiendo de los eslabones inferiores, hasta llegar a los intermedios y concluyendo por su cúpula.

En la primera parte de la investigación se detectó al eslabón inferior, que consistía en un grupo de personas, 'camellos' aparentemente sin conexión entre ellos que operaban en barrios distintos, dentro de bares y pub con total impunidad, y pertenecían a ambientes y clase sociales muy dispares, desde delincuentes conocidos, toxicómanos a jóvenes sin antecedentes y con una vida familiar estructurada.

Se comprobó que ésta era una estrategia que empleaba una compleja organización en cuya cúpula se encontraba un empresario y varios propietarios de establecimientos de hostelería para dificultar la investigación policial.

Sucesivamente durante este año se llevaron a cabo detenciones dentro de todos los escalones de la organización. A parte de los inferiores, las más importantes fueron las de las personas con una responsabilidad intermedia en la organización y la detención de uno de sus máximos dirigentes en Asturias, relacionado con narcotraficantes gallegos.

Ésta se llevó a cabo en la localidad gallega de Ribadeo, cuando Carlos J. R. M., regresaba de Cambados-Pontevedra, acompañado de dos colaboradores.

En el registro del vehículo, camuflada debajo del asiento trasero izquierdo, se localizó una bolsa bandolera que contenía dos kilos de cocaína. En las inmediaciones de Vegadeo, se procedió a la detención de otro integrante de la organización, que ejercía funciones de lanzadera, recorriendo la carretera nacional en ambas direcciones tratando de encontrar algún control policial o vehículo sospechoso para alertar a sus socios.

La esposa de Carlos, M. C M.V., también fue detenida por su presunta implicación en las actividades ilícitas de su marido. Ella misma se dedicaba a la venta de sustancias estupefacientes cuando él estaba ausente.

En el registro de sus domicilios se incautaron otros 170 gramos de cocaína, 9.550 euros, dos pistolas simuladas, efectos relacionados con la elaboración y manipulación de la droga como sustancias adulterantes y balanzas de precisión, además de sustancias estupefacientes como hachís, marihuana, y numerosos psicotrópicos.

Se daba la circunstancia que Carlos J. R. M., era titular de una empresa de revestimientos que carecía de actividad comercial y que, sin desempeñar trabajo alguno, tanto él como su familia disfrutan de un alto nivel de vida, teniendo dos pisos en propiedad, otro en alquiler, varios coches de gama alta y, una vida de lujo impropia de quien no ejerce actividad laboral alguna, según fuentes policiales.

Uno de los clientes principales de Carlos era F.P, cuyo domicilio en el barrio gijonés de Contrueces era frecuentemente visitado por consumidores y pequeños provedores. Su detención fue muy espectacular al requerirse los bomberos para franquear la puerta que estaba blindada, y escapar los moradores de la vivienda por los tejados , donde los policías los hallaron escondidos en un bajante y en el interior de un trastero donde había llegado F.P. accediendo por una claraboya.

Otras detenciones dentro de los escalones intermedios fueron las efectuadas en el entorno de encargados de establecimientos de zona de ocio y los distribuidores de droga en su interior. Se procedió al registro de cinco establecimientos, ubicados en la zona de Cimadevilla, Numa Guillou, Peréz de Ayala, calle la Muralla de Gijón. Al propietario de un bar en Cimadevilla, en su domicilio del centro de la ciudad de Gijón, se le intervino una pistola del calibre 22 y una porra forrada de aluminio.

J.M.S.P, uno los principales distribuidores de cocaína de Gijón, realizaba las transacciones tanto en distintos locales de hostelería como en su propio domicilio de la calle Navia y en otro piso de la calle Ezcurdia, que también utilizaba para llevar a cabo actividades relacionadas con la prostitución.

Por otra parte, la policía pudo también averiguar que el origen de la cocaína que éste adquiría a algunos de sus proveedores en la ciudad procedía de Valencia y era enviada desde allí por I.V.P., de 31 años, quien en alguna ocasión visitó a los implicados en Gijón para concretar futuras operaciones.

Este individuo, a requerimiento de los investigadores fue detenido por la Policía de Valencia a finales del mes de mayo con lo que se dio por concluida la operación policial.

Según la Policía, la operación ha permitido desarticular una compleja organización criminal, desde los niveles inferiores a los superiores, dedicada al tráfico de cocaína, la cual había logrado extender sus tentáculos hasta varios niveles de la estructura social, consolidándose dentro de los lugares de ocio o de 'móvida juvenil' y enquistándose en varios barrios de Gijón, como son el Contrueces , Cimadevilla y El Centro, hasta el punto de ser percibidos por los vecinos como verdaderos puntos negros.

Se calcula que con la cantidad de sustancia estupefaciente intervenida hubiese alcanzando en el mercado negro un valor aproximado de 220.000 euros al ser la cocaína de gran pureza y susceptible de una elevada adulteración.

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