Un hombre de 72 años tuvo que hipotecar su casa en Madrid para poder salvar su pierna operándose en un centro privado

Actualizado: martes, 9 enero 2007 12:37

Ahora el TSJM condena al sistema sanitario público a devolverle el dinero que tuvo que desembolsar, más de 40.000 euros

MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS ) -

Elegir entre perder una pierna o hipotecar su casa fue el dilema al que tuvo que enfrentarse Manuel Villa, un anciano de 72 años, después de sufrir un resbalón de forma accidental y romperse la tibia y el peroné en la Semana Santa del 2003.

Poco podía imaginarse Manuel que después de haber estado cotizando "toda la vida" a la Seguridad Social, un accidente fortuito le llevaría a tener que desembolsar ocho millones de las antiguas pesetas para poder sufragarse una operación en una clínica privada que garantizase que su pierna iba a quedar en el mejor estado posible.

Él no tenía ese dinero, y para conseguirlo, tuvo que hipotecar su casa. Era una decisión difícil, pero por suerte, la familia de Manuel estuvo de acuerdo en que lo más importante era su pierna, y lo hicieron. "Tuvimos que pedir un préstamo para hacer frente al pago de la operación", recordó.

Por eso, desde el principio, el apoyo de la familia ha sido "básico" para él. "Mi mujer y mis hijos se han portado bien, sobre todo mis hijos, que son extraordinarios. Somos una familia muy unida, para lo bueno, para lo malo, para lo regular, para todo, y si tienes a una familia detrás, estás salvado. La unión hace la fuerza y es verdad", dijo.

En su caso, Manuel ha tenido oportunidad de comprobarlo, porque gracias a la insistencia de todos sus integrantes, logró que le diesen el "alta por premura" en el Doce de Octubre, el hospital donde estaba ingresado, lo que de algún modo significa que el centro reconoce que no puede operar al paciente y que se tiene que marchar, que ha sido una de las bazas con las que Manuel ha contado en su demanda contra el sistema sanitario público, que ha sido finalmente condenado por el TSJM a abonar la cantidad de 41.183,51 euros al demandante.

UN CALVARIO DE CASI CUATRO AÑOS

El calvario de Manuel comenzó después de sufrir un resbalón en La Adrada, un pueblo de Ávila, en el que se rompe la tibia y el peroné. En un primer momento le trasladan a un ambulatorio de otra localidad cercana que posee un ambulatorio, y después de una pequeña cura, se lo llevan al Doce de Octubre.

Tras varios días esperando quirófano, Manuel es operado por primera vez el 6 de mayo. "El cirujano me dijo que la operación había ido bien y que si surgía algún problema, sería sin importancia", recordó. Pero los pronósticos no se cumplieron: a los siete días hay que volver a abrir la pierna porque en 12 centímetros de pierna no circulaba la sangre.

A los 20 días, vuelve a entrar en el quirófano, pero la escena se repite y a la semana hay que volver a limpiar la herida, porque parte de la arteria estaba muerta y no llegaba sangre. Es entonces cuando el equipo de cirujanos fotografían la pierna de Manuel y le recomiendan que lleve las imágenes a otro especialista privado para que éste le diga cuánto se puede salvar de su pierna. Y es lo que Manuel hace tras conseguir el alta por premura en lugar del alta voluntaria.

En la clínica privada consideran que existen posibilidades de salvación del 80 por ciento, y con el respaldo de su familia e hipotecando su casa, se somete a una nueva operación. Paralelamente, busca un abogado para demandar a la Seguridad Social por lo sucedido.

UNA VIDA CASI NORMAL

Manuel reconoce que a pesar del éxito de la operación, los primeros meses fueron difíciles, ya que tenía una escayola desde el pie hasta la ingle que le resultaba "incomodísima para todo", y para desplazarse tenía que hacerlo con ayuda de una silla de ruedas.

Pero aunque las condiciones iniciales eran "muy malas", ahora la pierna "está bien", y salvo el andar deprisa, no tiene repercusiones en el resto de las actividades como subir o bajar o, incluso, conducir.

Ahora Manuel hace todos los días sus ejercicios y una marcha de tres o cuatro kilómetros por el centro de Madrid. Para la circulación, lleva una media especial, pero aunque la pierna "no está al cien por cien", no le provoca ningún dolor.

El final feliz de esta odisea se ha completado con la sentencia favorable del TSJM que obliga a la Seguridad Social a devolver a Manuel el dinero que tuvo que desembolsar por la operación. "Hay que luchar y decir que si yo he sufrido todo esto, por qué no vamos a iniciar una batalla contra la Seguridad Social. Yo pienso que si tú tienes la razón, las cosas van para adelante", concluyó.