BARCELONA, 16 May. (EUROPA PRESS) -
Los Mossos d'Esquadra han imputado a los dos farmacéuticos de Barcelona que vendieron sulfato de manganeso etiquetado como sulfato de magnesio, lo que provocó la intoxicación de 22 personas, seis de las cuales fueron hospitalizadas y una de ellas murió.
Según informó hoy la Policía catalana, los dos responsables de la farmacia de Barcelona están imputados por recibir la materia primera mal etiquetada por parte del laboratorio químico y no llevar a cabo "los controles necesarios para detectar el error antes de vender el producto al público".
Igual que los dos administradores del laboratorio farmacéutico Genox Farma de Lliçà de Vall (Barcelona), los dos farmacéuticos han sido imputados por un delito contra la salud pública, otro de homicidio y varios delitos de lesiones. De hecho, uno de los administradores, Javier S.F., fue detenido y quedó en libertad provisional tras pasar a disposición judicial.
En total, los Mossos han terminado de interrogar esta semana a 33 personas, de las que 19 eran víctimas y tres son familiares de afectados.
La causa la investiga el Juzgado de Instrucción número 4 de Terrassa (Barcelona) al tener abiertas las diligencias del paciente que falleció en esta ciudad después de haber ingerido el medicamento, aunque la autopsia todavía tiene que clarificar la causa exacta de la muerte.
La Conselleria de Salud ya ordenó el 25 de abril suspender cautelarmente la actividad del laboratorio. En la inspección del laboratorio se constataron "deficiencias" en el sistema de control, fraccionamiento y trazabilidad en la distribución de los productos que manipula, que incluye tanto productos farmacéuticos como alimenticios.
Las deficiencias tienen que ver con la "falta de evidencia documental" de los procesos de control de calidad y verificación, exigidos por normativa legal. Por ello, Salud ordenó la suspensión de actividad que se llevan a cabo en las instalaciones de esta empresa en Lliçà.
El sulfato de magnesio, que se utiliza entre otras indicaciones como laxante, fue encargado por la Farmàcia Coliseum de Barcelona al laboratorio del que es comprador habitual. La inspección reveló que, por error, en marzo se envasaron hasta diez kilos de sulfato de manganeso que fueron suministrados únicamente a la citada farmacia, que posteriormente distribuyó a otras farmacias de la capital catalana y del Vallès.
