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MURCIA, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
El padrastro de la menor de siete años fallecida en noviembre de 2008 en Fortuna ha declarado, en la primera sesión del juicio que se celebra en la sección tercera de la Audiencia Provincial de Murcia, que la "quería como una más" y que el trato era "excelente, como cualquier padre", rechazando que la hubiera sometido a castigos físicos.
Visiblemente afectado cuando ha recordado, a preguntas de la fiscal, el día que la encontró muerta en su cama al ser avisado por el hermano de la niña, el padrastro ha querido dejar claro que "nunca" la sometió a castigos físicos, ni le tiró la comida encima. Así como que "jamás, nunca en la vida" le puso una mano encima, porque "la quería como si fuera mía y la sigo queriendo".
No obstante, tanto a preguntas del Ministerio Fiscal como de la acusación particular, ejercida por el letrado Evaristo Llanos en representación del padre biológico y del hermano de la víctima, no ha podido dar respuesta a los numerosos hematomas que los médicos forenses encontraron en el cuerpo de la menor, pero ha insistido en que nunca la golpeó.
Aunque ha precisado que algunos de ellos se debieron a una caída en la bicicleta, a la caída de un tronco y quemaduras en el cuerpo producidas con el grifo de agua caliente.
En concreto, desde verano la niña venía sufriendo caídas tanto en la piscina como en la bicicleta y, en una ocasión, su hermano mayor le había dado con el cinturón, según ha afirmado el padrastro.
En cuanto a las quemaduras que presentaba el cuerpo de la niña, el padrastro ha relatado al juez que ocurrió porque tras intentar quitarse la pintura de las manos, dejó el mando de la ducha en el lado caliente y cuando la niña fue a meterse, sin darse cuenta, el agua que salió no estaba fría y eso le produjo "rojeces y algunas ampollas que le salieron después pero no la llevamos al médico".
La última noche de la niña, según el padrastro, la pasaron en familia y cenó, aunque "se quejaba de que le dolía un poco la barriga, pero le dimos manzanilla y una pastilla y se quedó durmiendo".
Sobre las lesiones vaginales y desgarros que la niña presentaba, el padrastro lo ha achacado a la caída de la bicicleta, estando "totalmente seguro de ellos", no encontrando explicación a las lesiones en muñecas como consecuencia de haber sido agarrada fuertemente, o hematomas en los labios al haber presionado su boca para que no chillara, en las piernas, en el vientre o en la espalda.
A preguntas de la acusación particular sobre cómo explica que los médicos forenses, según consta en sus partes, dijeran que las heridas de la menor eran de distintas fechas ha dicho desconocerlo. Solo que "manchaba un poco de agua sangre y no la llevamos al médico, porque no lo vimos alarmante, la curamos con betadine y vaselina".
También ha justificado la versión de los vecinos de que en aquel domicilio se oían gritos, argumentando que era lo propio de tres niños que jugaban y se peleaban, y ha desmentido también que en alguna ocasión en la piscina le pegara con la toalla. "No encuentro explicación a que los vecinos digan eso", ha indicado.
Ha enfatizado que la relación de la familia era "muy buena porque habíamos conseguido traernos a los niños de Ecuador" y que nunca los dejaba solos, en todo caso con la abuela, pero "nunca con extraños".
HERIDAS PROPIAS DE AGRESIÓN SEXUAL
La prueba testifical ha comenzado con las declaraciones de cuatro guardias civiles. Uno de ellos, en aquel momento sargento en Cieza, ha justificado la detención de la pareja, es decir, de la madre de la menor y el padrastro.
A preguntas de la fiscal, ha subrayado que la pareja manifestó que las lesiones vaginales que tenía la niña se debían a que se había caído de la bicicleta; una versión que fue desmentida por los médicos forenses que examinaron el cuerpo de la menor, dejando claro que "sin ningún tipo de duda eran propias de una agresión sexual".
Otros dos guardias, de Policía Judicial y cabo primero, recuerdan que tanto debajo del colchón de la menor como en la cesta de la ropa sucia se encontraron bragas de la niña "y una compresa manchadas de sangre". En una memoria hallaron, igualmente, un foto de un menor desnudo y una serie que había sido borrada.