Camino de Santiago - SITEMINDER
MADRID 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
Cada verano, miles de personas deciden cumplir uno de sus grandes sueños: recorrer el Camino de Santiago. Para muchos, es una aventura espiritual, un reto personal o simplemente una forma diferente de disfrutar de la naturaleza. Han leído blogs, escuchado podcasts, comprado botas técnicas y mochilas ultraligeras. Sin embargo, pocos escapan a un enemigo común: las temidas agujetas.
Para evitar que el dolor muscular arruine la experiencia, los expertos de Ilunion Fisioterapia --con clínicas en toda España y años de experiencia ayudando a caminantes y deportistas-- ofrecen una serie de recomendaciones para preparar el cuerpo antes, durante y después del Camino. Su objetivo: que cada paso se disfrute sin sufrimiento.
Una de las claves para evitar las agujetas, según los fisioterapeutas, está en la preparación previa. "Si alguien no está acostumbrado a caminar largas distancias, no puede lanzarse al Camino sin más. Es imprescindible un entrenamiento progresivo semanas antes", explican desde Ilunion.
Además del acondicionamiento físico, recomiendan realizar un calentamiento antes de cada etapa para activar músculos y articulaciones. Esto no solo previene lesiones, sino que reduce la aparición de agujetas tras el esfuerzo.
A pesar de toda la preparación, incluso los caminantes experimentados pueden sentir agujetas al aumentar el ritmo, la duración o la exigencia del trayecto. Las agujetas son microdesgarros musculares que se producen cuando el músculo trabaja más de lo habitual. Provocan inflamación, rigidez y dolor, que generalmente aparecen entre 8 y 24 horas después del esfuerzo y alcanzan su punto máximo en torno a las 48 horas.
Entre los síntomas más comunes están la rigidez muscular, sobre todo después de descansar, hinchazón leve en la zona afectada, sensación de debilidad o pérdida temporal de fuerzaolor o sensibilidad al tacto.
CÓMO ALIVIAR EL DOLOR Y SEGUIR CAMINANDO
Cuando las agujetas hacen su aparición, no hay que rendirse ni dejar que el dolor arruine la experiencia. Los fisioterapeutas recomiendan aplicar masajes suaves en la zona afectada para activar la circulación y relajar la musculatura, descansar bien por las noches para facilitar la recuperación del tejido muscular y recurrir al frío -ya sea con compresas o baños de piernas en agua templada o fría- para reducir la inflamación.
Además, advierten contra el uso de remedios caseros sin base científica, como beber agua con azúcar, y recuerdan que si el dolor persiste más de una semana, lo más prudente es acudir a un profesional.
Hacer el Camino de Santiago es una experiencia única, pero no está exenta de retos físicos. Con una preparación adecuada, algo de precaución y los consejos de profesionales, se puede evitar que unas simples agujetas empañen un viaje que muchos definen como transformador.
Así que si este verano piensas recorrer alguno de los caminos que llevan a Compostela, prepárate como un peregrino... y piensa como un atleta.