Actualizado 07/03/2010 21:38

Los reporteros de Callejeros Viajeros disfrutan del jazz y las playas del Caribe


MADRID, 7 Mar. (OTR/PRESS) -

Los reporteros de Callejeros Viajeros se desplazan esta lunes a las 22.30 horas a Nueva Orleans, la cuna del jazz, una de las ciudades mágicas que fue arrasada hace cinco años por el Huracán Katrina. A continuación, se relajan en las playas naturales de la República Domínicana, un país de contrastes, con hoteles de lujo para los turistas y una población que sobrevive gracias a este sector.

Nueva Orleans es la ciudad más europea de los Estados Unidos. Casi 300.000 personas viven en la cuna del jazz, un lugar bañado por uno de los ríos más importantes del mundo: Mississippi. Hablar de Nueva Orleans es hacerlo del jazz y de su figura más representativa: Louis Amstrong y cualquier rincón es bueno para improvisar un concierto de música en directo. El huracán Katrina arrasó el 85 por ciento de la ciudad en el año 2005. Casi la mitad de la población, o falleció o emigró a otros lugares. Cinco años después, la reconstrucción de la zona aún no ha concluido. Durante varios días, los ojos del mundo están puestos sobre la celebración del Mardi Grass, los carnavales más famosos de todo el país. Una fiesta que este año ha coincidido con la victoria del equipo local de fútbol americano en la última edición de la Superbowl, que inundó también de alegría toda la ciudad.

Más tarde, los reporteros Tábata Peregrín y Juan Antonio C. Arias se adentran más allá de las playas caribeñas para conocer la realidad de uno de los países más desconocidos del planeta. Pasear por las calles de República Dominicana significa llenarse de música, ruido y buen humor. Bachata en cada esquina y un tráfico infernal son las señas de identidad de la que en 1492 se convirtió en la primera ciudad europea en el Nuevo Mundo. "Los dominicanos son solidarios, cariñosos y sabrosos", resalta Ana, una española que vive desde hace 16 años en República Dominicana.

"Tenemos una temperatura media de 29 grados todo el año, la gente es encantadora y el buceo excepcional", comenta Eduard, un catalán que trabaja como instructor de submarinismo en las paradisíacas aguas de las playas de Punta Cana y Bávaro. Casi ningún extranjero acude a las peleas de gallos, famosas por todo el país, ni a un partido de "pelota" -de donde salen algunas de las grandes estrellas mundiales del beisbol-. Tampoco saben de las terribles condiciones en que las que, a pocos kilómetros de sus hoteles, viven y trabajan los haitianos que trabajan en los campos de caña de azúcar, una de las principales materias primas que exporta República Dominicana al mundo.