Annecy, el lago más puro de Europa

Palacio de la Isla.
EP
Actualizado: jueves, 16 julio 2009 12:33

Por Javier Carrión

Su Palacio de la Isla, una antigua prisión y palacio de justicia "anclado" en un islote central con forma de barco en el río Thiou, es seguramente el edificio histórico más fotografiado de Francia después de la Torre Eiffel. "Hasta en Hong-Kong -nos dice Patricia Meilleray, responsable de Turismo de Annecy- me he encontrado pinturas de este edificio, su belleza cautiva a todo el mundo".

Y hoy la siniestra cárcel de la histórica Annecy es uno de los principales reclamos turísticos de esta bella ciudad, considerada por algunos como la "Venecia de Saboya", una bonita villa repleta de visitantes que se alza majestuosa junto al hermoso lago de aguas transparentes que lleva su nombre.

Claro que si este palacio se mantiene en pie es por esos avatares de la historia sujetos a la fortuna. En el siglo XIX los habitantes de Annecy exigieron el derribo de este edifico que no daba servicio alguno a los vecinos. El palacio había sido hasta finales del siglo XIV el gran símbolo del poder del Conde de Ginebra con su último representante, el antiPapa Clemente VII, y más tarde, en el XV, del Gran Duque de Saboya que compró la ciudad, pero en el XIX sólo la falta de dinero público evitó el derrumbamiento de esta original construcción que acabó siendo utilizada por los nazis durante la II Guerra Mundial para encerrar a los miembros de la Resistencia. Hoy el visitante puede leer algunos poemas escritos por los presos, mientras padecían multitud de calamidades en celdas para cuatro o cinco reos, clamando por la libertad de Francia y la suya propia.

Y algo parecido ocurrió con su gran Castillo, enclavado en lo alto de la ciudad, la segunda atracción de Annecy, una antigua residencia de los condes de Ginebra que fue cuartel militar durante tres siglos y que se convirtió en improvisado "refugio de los pobres" (unos 360 "homeless") en los años 50 del siglo pasado al no poder ser vendido a ningún particular. En 1952 un desgraciado incendio destruyó parte del castillo y la villa de Annecy lo adquirió por la simbólica cifra de 1.000 francos (1 euro actual). Estaba entonces a un paso de su definitiva destrucción. En la actualidad alberga un curioso museo sobre la vida de la región, aunque los turistas suben sus empinadas calles para divisar una bonita vista de Annecy y su afamado lago.

El viejo castillo y la pintoresca cárcel son hoy el gran orgullo de esta ciudad que como Saboya pertenece a la República Francesa desde 1860 y que cuenta con una población de 55.000 habitantes. Una coqueta villa que hay que pasear a través de su atractivo casco antiguo con soportales y sus canales que comunican el agua del lago con la de los tres ríos que la cruzan. Toda una red, navegable y comparable en su momento a la de Venecia, que fue en el siglo XIX modificada para evitar las crecidas del lago que anegaban la parte más vieja de Annecy después del deshielo de las montañas cercanas. La ciudad, que ya no goza de la existencia de sus viejos barcos y góndolas, perdió parte de su encanto pero evitó los continuos sustos que sufría la población.

Dentro del casco viejo, protegido por dos de las cuatro puertas originales de la ciudad, también vale la pena visitar sus cuatro iglesias principales: San Mauricio, de estilo gótico del siglo XV con sus interesantes pinturas descubiertas de los siglos XV y XVI; San Francisco de Sales, Notre Dame y la Catedral. Pero la gran atracción de Annecy es su lago que consigue, por ejemplo, que más de dos millones y medios de turistas británicos lo visiten cada año. De origen glaciar, ocupa una superficie de 27 kilómetros cuadrados y lleva desde 1972 la vitola de ser "el lago más puro de Europa" ya que sus habitantes lograron recuperar sus aguas enfermas gracias a un complejo sistema de recuperación de aguas residuales que permitió su regeneración en 1965.

Este esfuerzo por proteger la calidad del agua del lago se vio recompensado con el mencionado Premio Europeo de Protección de la Naturaleza (1972) y la Medalla del Programa Europeo de las Naciones Unidas por el Medio Ambiente (1983). Hoy el lago, que también fue pintado por grandes artistas como Paul Cézanne ("Le Lac d'Annecy"), atrae a muchos bañistas en verano ya que pueden disfrutar de varias playas y sus limpias aguas se mueven en una temperatura que oscila entre 22 y 25 grados en los meses más calurosos.

El de Annecy es el segundo lago más grande de Francia, tras el Lago de Bourget, con una longitud de 14, 6 kilómetros y una anchura que oscila entre los 800 y los 3.350 metros. Formado hace 18.000 años, su profundidad media es de 41,5 metros, y en sus márgenes hay más de 35 kilómetros de pistas para ciclistas. Los que prefieren hacer paseos románticos en sus aguas tienen la posibilidad de hacerlo con la "Compagnie des Bateaux" (barco MS Libellule) que ofrece un recorrido por casi todo el perímetro de lago con cena y baile incluidos.

Información práctica

Cómo llegar:

En avión: - Vía Lyon, a 125 km, (Tel: 0826 800 826) o Ginebra, a 50 km (Tel 41 22 717 71 11), los dos aeropuertos más cercanos.

Por carretera: - Autopista A-41 directa en dirección Chambery/Lyon/Grenoble - Autopista A-40 a 30 km en dirección París por Bourg en Bress

Para dormir: - Annecy cuenta con una amplia capacidad (98 hoteles y 3.000 habitaciones) como el Hotel Les Tresoms (33 04 50 51 43 84 - www.lestresoms.com) en las afueras o el céntrico Palais de L'Isle (33 04 50 45 86 87 - www.hotels-annecy.net).

Excursiones por el lago: - Compagnie des Bateaux. Place aux Bois - 74000 Annecy. Tel. 33 04 50 51 08 40

Más información:

- Oficina de Turismo de Annecy: 33 04 50 45 00 33 - www.lac-annecy.com