Nur Kaida, a Rohingya child from Myanmar is seen in a confinement area in Kuala
FAUZAN IJAZAH/ACNUR
Actualizado: jueves, 9 febrero 2017 14:40

DACCA, 9 Feb. (Reuters/EP) -

Bangladesh está trabajando con las fuerzas de seguridad de Birmania para evitar que milicianos terroristas rohingya crucen su frontera, pero ha asegurado este jueves que continuará permitiendo que las mujeres, ancianos y niños entren en su territorio, según han anunciado las autoridades del Gobierno bangladeshí.

El pasado mes de octubre el Ejército birmano puso en marcha una operación militar en Rajine, motivada por un ataque contra un puesto fronterizo en la región que causó la muerte de nueve militares. Desde entonces, más de 69.000 rohingya han huido a Bangladesh. La oleada de inmigrantes ha provocado tensiones entre ambos países, ya que las dos naciones consideran que la responsabilidad es de su vecino.

Alrededor de 1,1 millones de rohingya viven en el norte de Birmania, en condiciones muy similares al apartheid que sufrieron los negros en Sudáfrica hace años. La inmensa mayoría de los birmanos son budistas y de la etnia burma, por lo que consideran que los rohingya, que profesan la fe musulmana, son inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh, a pesar de que son un colectivo originario de Rajine.

A pesar de las tensiones, H.T. Imam, consejero político de la primera ministra bangladeshí, Seij Hasina, ha anunciado este jueves que las fuerzas de seguridad de Bangladesh ya ha entregado al Ejército birmano a dos hombres sospechosos de ser milicianos de la insurgencia rohingya y que continuará cooperando con Birmania para evitar que continúe la violencia en Rajine.

"A aquellos que no tienen nada --mujeres, ancianos y niños-- les vamos a ofrecer refugio, como siempre. No obstante, esta crisis nos está costando mucho. Encima es una crisis impuesta sobre nosotros. Son ciudadanos birmanos y deben ser aceptados de vuelta en su país", aseguró Imam en una entrevista este miércoles.

La semana pasada, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Zeid Raad al Husein, acusó sin paliativos al Ejército de Birmania de cometer "espantosas atrocidades" contra la población rohingya, desde violaciones en masa hasta la ejecución de bebés, alegando que la campaña militar podría tratarse sencillamente de un "crimen contra la Humanidad".

OLAS DE REFUGIADOS

Bangladesh ha asegurado en las últimas semanas que la última oleada de refugiados amenaza con acabar con sus recursos para asistir a los musulmanes rohingya que llegan al país. El pasado domingo varios representantes del Gobierno bangladeshí, entre ellos Imam y el ministro de Asuntos Exteriores A.H. Mahmud Ali, ser reunieron con miembros del Gobierno birmano y diplomáticos de Estados Unidos y Arabia Saudí para abordar la gestión de la crisis en Rajine.

Bangladesh quiere fondos para poner en marcha su controvertido plan de reasentamiento de refugiados, que pretende trasladar a los rohingya que han llegado a Bangladesh a una isla aislada y sin infraestructuras en el mar de Bengala llamada Thengar Char, que en época de lluvias se inunda casi por completo. En la actualidad la mayor parte de los refugiados se encuentran en el distrito costero de Cox's Bazar.

"El ministro de Exteriores pidió ayuda internacional por acoger a la población rohingya", ha explicado Imam. "Bangladesh tiene un serio problema económico, político y financiero a causa de la llegada de los refugiados", ha asegurado.

Tras el ataque terrorista contra el puesto militar en Rajine, miles de rohingya comenzaron a acudir a la frontera con Bangladesh, asustados por las posibles represalias del Ejército birmano. En un principio las fuerzas de seguridad fronterizas de Bangladesh no les permitieron entrar. Imam ha dicho que pocos días después comenzaron a permitir su entrada a petición del primer ministro y de la comunidad internacional.

Durante los últimos cinco meses, Hasina ha hablado en dos ocasiones con la líder birmana y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, para intentar encontrar una solución y poder enviar de vuelta a Birmania a los musulmanes rohingya, que según Bangladesh son "birmanos indocumentados".

"La primera ministra también ha mandado un enviado especial a Rangún. Estamos intentando cooperar con ellos tanto como sea posible. Hemos llegado a sugerir establecer un sistema de patrullas fronterizo conjunto. Nuestros agentes de la frontera intentan mantener el contacto con los agentes birmanos de manera regular, para que no pase ningún miliciano de un país a otro", ha añadido Imam.

Suu Kyi ha sido muy criticada por sus aliados occidentales por su silencio ante las acusaciones contra el Ejército, lo que ha estropeado su imagen a nivel internacional tras años luchando pacíficamente desde la oposición contra la junta militar que gobernaba Birmania. De acuerdo con los expertos, si Suu Kyi alza la voz y se posiciona en contra del Ejército, la transición democrática de Birmania podría verse amenazada.

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