Actualizado: jueves, 3 septiembre 2015 14:51

MADRID, 3 Sep. (EUROPA PRESS) -

Más de trece millones de niños no van a la escuela en Oriente Próximo y el norte de África como consecuencia de los crecientes conflictos y la convulsión política, según un informe publicado este jueves por el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) que analiza el impacto de la violencia en los menores en edad escolar y en los sistemas educativos de nueve países.

El estudio, titulado 'Educación bajo el fuego', indica que solo en Siria, Irak, Yemen y Libia, cerca de 9.000 escuelas están inutilizadas porque han sido dañadas, destruidas, están siendo utilizadas como refugio para los civiles desplazados o han sido tomadas por las partes del conflicto.

Además, destaca que los ataques a escuelas e instalaciones educativas --a veces deliberados-- son uno de los motivos fundamentales por los que los niños no van a clase. Otro factor es el miedo, que, según UNICEF, lleva a miles de profesores a abandonar sus puestos o hace que los padres no manden a sus hijos a clase por lo que les pueda ocurrir de camino al colegio o en el propio centro.

En Jordania, Líbano y Turquía, más de 700.000 niños sirios no pueden ir a la escuela porque la infraestructura educativa nacional está sobrecargada y no puede asumir una carga extra de alumnos.

El director regional de UNICEF para Oriente Próximo y el norte de África, Peter Salama, ha afirmado que los niños "están experimentando el destructivo impacto del conflicto en toda la región". "No es solo el daño físico que se ha hecho a las escuelas, sino la desesperación que siente una generación de alumnos que ve sus esperanzas y futuro destrozados", ha añadido.

INICIATIVAS SIN FINANCIACIÓN SUFICIENTE

Aunque el informe se refiere a iniciativas, como el autoaprendizaje o los espacios de aprendizaje ampliados, que ayudan a los niños a estudiar en circunstancias complicadas, señala que la financiación para llevarlas a cabo no es acorde a las crecientes necesidades. Según UNICEF, esto es así pese a que los niños y padres atrapados en el conflicto identifican de manera contundente la educación como su primera prioridad.

Esta agencia de la ONU recomienda apoyar especialmente la iniciativa 'No Lost Generation', lanzada en 2013 junto a otras organizaciones con las que trabaja para impulsar un mayor respaldo internacional a las necesidades educativas y de protección de los niños afectados por la crisis de Siria.

En el informe, UNICEF insta a la comunidad internacional, los Gobiernos de los países de acogida, los responsables políticos, el sector privado y otras organizaciones a reducir el número de niños que están fuera de la escuela mediante la ampliación de los servicios educativos informales, especialmente para los niños vulnerables.

Asimismo, pide que se dé más apoyo a los sistemas nacionales de educación en los países golpeados por el conflicto y las comunidades de acogida, para aumentar los espacios de aprendizaje, contratar y formar profesores y suministrar materiales educativos. Por último, propone abogar por el reconocimiento y la certificación de los servicios educativos no formales en los países afectados por la crisis de Siria.

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