Actualizado: lunes, 19 marzo 2007 13:35


MADRID, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -

El subinspector de la Brigada Provincial de Madrid de los TEDAX que abrió esta mañana las sesiones semanales del juicio del 11-M, afirmó que la estructura del artefacto explosivo que desactivó en el parque Azorín del distrito madrileño de Vallecas -conocida como 'mochila de Vallecas'-- "no correspondía a las que utilizan otros grupos terroristas de carácter autóctono". El tedax añadió que según su experiencia la bomba era "similar" a las utilizadas en acciones terroristas en Oriente Medio.

El miembro de la unidad especializada en explosivos, que actuó como operador 1 en la desactivación de éste artefacto, también aseguró que tras intervenir en la bolsa "de manera manual" pudo apreciar que su composición "era absolutamente diferente" a otros mecanismos explosivos a los que estaba habituado a tratar durante su trayectoria profesional. "Era sencilla pero muy ingeniosa", añadió.

El subinspector de los TEDAX explicó también que procedió a la desactivación manual de este artefacto porque suponía una "prueba fundamental" para la investigación, más aún teniendo en cuenta los resultados negativos de las acciones de desactivación de las bombas localizadas sin explosionar en Atocha y El Pozo. "No vi conveniente abordar la bomba como ellos", declaró con rotundidad el testigo, y destacó que su intención era preservar los componentes del artefacto e impedir por todas las vías que explotara.

Durante el interrogatorio, concretamente a preguntas de la defensa de Jamal Zougam, el agente policial aclaró que tras inspeccionar y palpar la sustancia explosiva con un dedo, realizó sobre ella un análisis olfativo. Pensó, indicó que era "dinamita" --sin poder determinar su tipo-- porque apreció el olor a "almendras amargas" característico de este explosivo.

También afirmó que el detonador del artefacto estaba compuesto por una cápsula de cobre y correspondía a los modelos denominados de "seguridad" que "suelen utilizarse en minerías". A su vez, detalló que apreció una composición de 10 kilogramos de sustancia explosiva con 600 gramos de metralla y un teléfono móvil.

SORPRESA EN VALLECAS

El agente relató que al ser el funcionario de guardia, recibió una llamada que le avisaba de la presencia de una bolsa sospechosa entre los enseres traslados a la Comisaría de Vallecas desde la estación de El Pozo. En el macuto, observó "un teléfono móvil" con dos cables que se introducían en su interior. Ante esto, se procedió al desalojo de la comisaria a las 2.20 horas.

El miembro de los TEDAX argumentó que se optó por crear un dispositivo "improvisado" de traslado del artefacto --una caravana compuesta por tres vehículos, de los cuales uno portaba el explosivo y otro realizaba las funciones de guía ya que los agentes de TEDAX no conocían el distrito-- para localizar un lugar seguro para la inutilización del explosivo alejado "de edificios colindantes". Esta medida fue adoptada, según el testigo, porque "el caos" y el "miedo" generado por el desalojo de la población que habitada en las cercanías de la comisaria, sería contraproducente y "no conveniente" para la seguridad.

De hecho, cuando comunicó a los agentes de la comisaría madrileña que la bolsa sospechosa era finalmente un artefacto explosivo, relató la zozobra de los funcionarios ya que éstos le explicaron que habían transportado el artilugio "de cualquier manera", en el interior de un maletero. "No sabían que era una bomba", dijo.

ERROR EMPALME CABLEADO

A preguntas de la Fiscal Olga Sánchez sobre las razones por la que no explosionó este artefacto, el miembro de los TEDAX afirmó que se debió a un "error incomprensible" en el 'empalme' del cableado. Los autores no habían recubierto con cinta aislante las uniones entre trozos de cable, por lo que en "cualquier momento de su manipulación" --puso como ejemplo hipotético el traslado del artefacto--, al carecer la juntura de los cables de ese refuerzo, se produjo "un cortocircuito" que impidió que el "impulso eléctrico" llegara al detonador.

Aseguró que el explosivo estaba preparado para explosionar y mostró su opinión sobre que el resto de artefactos no explosionaron por "el mismo motivo", es decir "un mal empalmado de los cables".

DOS PERSONAS DISEÑARON LA BOMBA

El testigo afirmó a preguntas de la acusación particular que su impresión tras intervenir el aparato explosivo fue la apreciación de un contraste entre el buen trabajo realizado en la manipulación del teléfono móvil y la "pequeña chapuza" que se acometió en el 'empalme del cableado'. "Me dio la sensación de que allí hubo dos manos", explicó.

Además, destacó en su relato que la manipulación del teléfono móvil "era muy ingeniosa" y que fue elaborado por "alguien que sabía muy bien lo que hacía".

Durante su comparecencia al tribunal, el testigo explicó que tras su análisis e intervención del explosivo, apreció que "nunca" había visto una composición similar a la de la mochila de Vallecas.

Además, detalló que la radiografía realizada al artefacto "no sirvió de nada" porque reflejaba que no había "estructura" ni "diseño con sentido" que permitiera seguir "un camino" para anular el explosivo. Incluso ahondó en la arquitectura "caótica" de la disposición del artefacto y dijo que apreció una "maraña de cables" de dos metros de longitud que no permitía distinguir ningún sistema o método para su implosión, por lo que cualquier vía de acceso a su desarticulación era una "deducción hipotética".

Por lo cual, el inspector TEDAX acometió la desactivación de forma manual, al apreciar que los medios convencionales para acometer "el abordaje" del artefacto no "eran los más adecuados". El testigo afirmó en su declaración que desconectó primero los cables para después inutilizar el detonador y finalmente inspeccionar la masa explosiva para ver si existían más mecanismo de explosión en su interior.

Además, el agente policial afirmó que los funcionarios de la comisaría de Vallecas le comunicaron que esta bolsa de deportes procedía "directamente" de la estación de El Pozo y que en ningún momento le comentaron que dicha bolsa se había localizado entre los enseres alojados en el recinto ferial de Madrid denominado como IFEMA.

SEGUNDO TESTIGO TEDAX

Otro de los subinspectores de los TEDAX que declaró a continuación y que participó en la desactivación de la mochila-bomba localizada en la estación de cercanías de El Pozo y en la de Vallecas, indicó que el explosivo de ambas mochilas "era el mismo". Corroboró, además, la declaración realizada por su compañero en cuanto a los detalles de la operación de desactivación en el distrito vallecano.

El tedax, puso además de manifiesto que en el caso del artefacto de El Pozo, los cables de conexión entre el móvil y la masa explosiva, tampoco estaban encintados, como en el caso de la bolsa desactivada en el Parque Azorín.

Explicó que a su llegada a El Pozo el día de los atentados su equipo encontró "un macuto" que "llamaba la atención" colocado en el andén de la estación. Según indicó, oyó decir que había sido un policía municipal el que extrajo el artefacto del tren y lo depositó fuera para su examen. La mochila tenía abierta la solapa de cierre. "La abrimos completamente y vimos un móvil bocabajo, cables enmarañados y una bolsa de basura azul clarita con un lazito amarillo". Intentaron desactivar la bomba a distancia pero el artefacto explotó, concluyó.

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