El Vaticano y China podrían cerrar un acuerdo a finales de mes sobre la designación de obispos

Publicado: miércoles, 19 septiembre 2018 12:43

ROMA, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

El Vaticano y China podrían cerrar un acuerdo a finales de mes para definir una hoja de ruta en la cuestión de designación de obispos. No está claro que la rúbrica de esta resolución también selle el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y el Gobierno de Xi Jinping, rotas desde 1951, dos años después de la llegada al poder de los comunistas que expulsaron al nuncio apostólico.

Según confirma una fuente del Vaticano a la revista de información religiosa 'America', una delegación de alto nivel de la Santa Sede viajará a la capital china para la firma de este acuerdo que se concretaría a finales de este mes. El acuerdo cerraría sobre el método de nombramiento de los obispos de la Iglesia católica en la China continental y establecería que tanto China como la Santa Sede puedan tener voz en el asunto, si bien se habría reconocido que el Papa debe tener la última palabra.

En cualquier caso, esas fuentes señalan que se trata de "un acuerdo provisional" que se revisará en varios años. Según estas fuentes, aunque para la Santa Sede no es "un buen acuerdo" es el único posible en el contexto actual y pondría mejorar el diálogo entre ambos estados.

Desde la instauración del régimen comunista, China sólo permite el culto católico por medio de la Asociación Patriótica Comunista China, departamento leal al gobierno chino que rechaza la autoridad de la Santa Sede en el nombramiento de obispos y en el gobierno de la Iglesia.

Los obispos legítimos que permanecen fieles al Papa viven una situación cercana a la clandestinidad, asediados por las autoridades comunistas. En la situación actual, todo obispo reconocido por el gobierno chino debe ser miembro de la asociación patriótica, y muchos obispos nombrados por el Vaticano se han enfrentado a persecución.

Actualmente, en el país asiático, los católicos están divididos entre aquellos que son parte de comunidades en su mayor parte clandestinas que reconocen al Papa como máxima autoridad de la Iglesia católica y quienes pertenecen a la Asociación Patriótica Católica, controlada por el Estado chino, donde los obispos son nombrados por el Gobierno de Xi Jinping en colaboración con las comunidades locales de la Iglesia.

De cerrarse dicho acuerdo, la Iglesia católica contaría con un marco legal para cuidar a los alrededor de 12 millones de católicos que viven en China y podría centrarse en el crecimiento de la religión católica, en un país donde las iglesias protestantes están avanzando rápidamente.

NEGOCIACIONES

El Vaticano lleva negociando desde 2014 la compleja cuestión de la designación de obispos. En diciembre del año pasado, una delegación del Vaticano viajó a China para concretar una oferta relacionada con dos obispos reconocidos por la Santa Sede y que contó con el respaldo del Papa. Según informó en febrero de este año el diario Wall Street Journal, uno de los obispos, de 87 años, se retiró para dar paso a un obispo respaldado por el Estado chino, haciendo una concesión al régimen comunista en detrimento de la autoridad de la Santa Sede. El obispo nombrado legítimamente habría pasado a ser "obispo emérito".

El posible cambio de rumbo en las relaciones del Vaticano y China no ha estado exento de polémicas. El Obispo Emérito de Hong Kong, cardenal Joseph Zen ze-kiun, publicó una carta el pasado 29 de enero en la que mostraba su tristeza y discrepancia ante un posible acuerdo en el nombramiento de obispos. El purpurado explicó entonces en una carta publicada en su web que el Vaticano había hecho renunciar a dos obispos para permitir que prelados afines el gobierno asuman sus cargos.

"El problema no es la renuncia de los obispos legítimos, sino la petición de dejar espacio para aquellos ilegítimos e incluso excomulgados --reflexionaba Zen ze-kiun-- ¿Creería yo que el Vaticano está vendiendo la Iglesia Católica en China? Sí, definitivamente, si es que van en la dirección en la que están, según lo que han venido haciendo en los últimos años y meses".

El portavoz oficial del Vaticano, Greg Burke, rechazó las críticas del cardenal chino y lamentó que este tipo de declaraciones alimentan "la confusión y la polémica".

"El Papa está en constante contacto con sus colaboradores, en particular de la Secretaría de Estado, sobre las cuestiones chinas, y está informado de manera fiel y detallada por ellos sobre la situación de la Iglesia Católica en China y sobre los pasos continuos del diálogo entre la Santa Sede y la República Popular de China, a los que acompaña con especial cuidado", incidió el portavoz de la Santa Sede.

Por su parte, el Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, precisó que "la Iglesia en China no pretende sustituir al Estado, sino que desea ofrecer su contribución serena y positiva por el bien de todos" y reiteró que el Papa sigue "personalmente" las negociaciones con las autoridades de la República Popular China y que todos sus colaboradores están "en sintonía con él".

Parolin indicó que en el pontificado del Papa Francisco las negociaciones se mueven siguiendo la línea de una apertura constructiva al diálogo y fidelidad a la genuina tradición de la Iglesia. "El Santo Padre sigue personalmente las negociaciones actuales con las Autoridades de la República Popular China. Todos sus colaboradores actúan en sintonía con él. Nadie toma iniciativas privadas", concretó en una entrevista con La Stampa.

Por otro lado, comentó que no se trata de mantener un conflicto perenne entre principios y estructuras contrapuestas, sino de encontrar soluciones pastorales realistas que permitan a los católicos vivir su fe y proseguir juntos la obra de evangelización en el contexto chino específico. "En China no existen dos Iglesias, sino dos comunidades de fieles que están llamadas a cumplir un camino progresivo de reconciliación hacia la unidad", remachó.

Sobre la cuestión de los nombramientos de los obispos, Parolin señaló que "la Santa Sede conoce y comparte los graves sufrimientos que soportan muchos católicos en China y su generoso testimonio del Evangelio" y añadió que en este marco "la cuestión de la elección de los obispos es crucial".

"No podemos olvidar que la libertad de la Iglesia y el nombramiento de los obispos siempre han sido temas recurrentes en las relaciones entre la Santa Sede y los Estados", agregó a este respecto.

Si bien el Vaticano negó a finales de marzo que las negociaciones entre China y el Vaticano sobre el nombramiento de obispos estén experimentando un rápido progreso hacia un acuerdo inminente, sí reconoció que el Papa "permanece en constante contacto con sus colaboradores sobre asuntos relacionados con China y los pasos de diálogo en curso".

En este momento, muchos de los obispos legitimados por el Vaticano en China se están acercando a la edad de 75 años, cuando según el ordenamiento del derecho canónico deben presentar su renuncia. En este contexto, se generan muchas preguntas acerca del relevo del episcopado en ese país.

A fines de diciembre de 2017, había 101 obispos en China (aunque algunos han muerto desde entonces). De este total, 65 son reconocidos por las autoridades chinas y 36 pertenecen a la iglesia que vive bajo la clandestinidad y no tienen tal reconocimiento oficial del Gobierno comunista porque se niegan a ser parte de la Asociación Patriótica.

Mientras tanto, el Papa ha mostrado en numerosas ocasiones su deseo de viajar a China. En la rueda de prensa en el avión de regreso de su viaje a Birmania y Bangladesh, Francisco descartó que se esté preparando un viaje al país asiático, pero dejó claro que le gustaría ir porque cree que "haría bien a todos", al contestar a una pregunta. "Las puertas del corazón están abiertas y creo que hará bien a todos un viaje a China. Me gustaría hacerlo", señaló ante los periodistas. Recientemente, el Papa ha mostrado su deseo de viajar a Japón en 2019.

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