MADRID, 11 May. (OTR/PRESS) - A pocas horas de la marcha de los catalanes a las urnas, escribo desde Barcelona en la jornada de cierre de la campaña electoral con una sensación creciente, compartida con interlocutores de todas las tendencias en la capital catalana: dentro de una semana, Carles Puigdemont, el hombre que, junto con Pedro Sánchez, o en paralelo con él, mejor dicho, ha protagonizado una historia política digna de una novela de Le Carré, puede haber desaparecido de las escena política. ¿Probable? Quizá no. ¿Posible? Sí, es posible. Quizá sea la hipótesis más viable en estos momentos previos a las elecciones autonómicas catalanas, que van a ser, claro está, mucho más que unas elecciones autonómicas. Y mucho más que catalanas.