Piden más de 18 años de cárcel al acusado de matar a un hombre en Almería de un disparo a través de una puerta

Audiencia Provincial de Almería
Audiencia Provincial de Almería - EUROPA PRESS
Publicado: lunes, 17 mayo 2021 16:59

El investigado afirma que creía que la entrada estaba "blindada" y que solo quería "protegerse"

ALMERÍA, 17 May. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Almería acoge desde este lunes un juicio con jurado contra J.M.C., un joven de 23 años de edad para el que la Fiscalía pide 18 años y medio de prisión al considerar que acabó con la vida de un hombre tras disparar varias veces contra la puerta de la vivienda de la calle Resaca de Almería, en la que la víctima se había refugiado junto a su tío --quien resultó ileso--, después de que una de las balas llegara a penetrar en el habitáculo y le impactara en el pecho.

La Fiscalía atribuye al acusado, que se encuentra en prisión provisional, los delitos de homicidio consumado y homicidio en grado de tentativa al entender que los nueve disparos que dio con su arma, para la que no tenía permisos ni licencia, estaban encaminados a "poner fin a la vida de sus oponentes", aunque solo falleciera uno de ellos. También le acusa de un delito de tenencia ilícita de armas que, durante la primera sesión de la vista oral, ha sido reconocido por el acusado al mostrarse propietario de la pistola empleada en el ataque.

Los hechos tuvieron poco después de las 12,30 horas del 4 de febrero del pasado año cuando entre las calles Resaca y Ruano, del barrio de La Chanca de Almería, se dio una pelea en la que participaron varias personas, entre ellas el acusado y su sobrino por un lado, y la víctima mortal y su tío en el otro.

Según los primeros indicios relacionados con dicha pelea, cuyas responsabilidades se dirimen en otro procedimiento, el sobrino del acusado habría sido agredido por las otras dos personas, lo que motivó que este acudiera hasta un corral cercano donde escondía una pistola de nueve milímetros cargada y lista para ser empleada.

La Fiscalía sostiene que, con el arma en su poder y "con intención de acabar con la vida" de los dos supuestos agresores, el acusado se acercó al lugar donde estos se habían refugiado y con gritos de "os vais a enterar, os voy a matar, no vais a salir vivos" disparó en al menos en nueve ocasiones y desde una distancia de tres a cuatro metros contra la puerta y ventanas del inmueble, "siendo plenamente consciente de que en su interior se encontraban encerradas ambas personas".

Durante su declaración en el juicio que se sigue en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería, el acusado ha reconocido que acudió a por el arma y que disparó a una distancia corta de la puerta, unas siete veces, mientras que otros dos tiros los pegó hacia la ventana de la vivienda, aunque ha rechazado que pronunciara amenazas o que supiera que la víctima y el perjudicado se encontraban en el interior del inmueble, ya que tardó unos "siete u ocho minutos" en su trayecto de ida y vuelta, por lo que los habría perdido de vista, según su versión.

"No sabían si estaban dentro o huyeron", ha manifestado el acusado, quien aún así vació su cargador principalmente contra la puerta de la vivienda, que era "blindada" puesto que se trataba de "un punto de venta de drogas", según ha indicado tras asegurar que conocía el inmueble porque era de una "amiga" suya, pero no ha podido dar más detalles sobre qué le hacía pensar que las balas no traspasarían la puerta más allá de que esta "tenía una lámina de metal".

Del mismo modo, ha precisado que dirigió sus disparos a la altura de su cadera y que, a pesar de ser la primera vez que empleaba el arma pues no la había usado "nunca" antes, intentó cargarla de nuevo aunque al escuchar las sirenas policiales abandonó el lugar rumbo a su vivienda, donde fue encontrado por los agentes a los que entregó el arma que había depositado en el interior de una muñeca.

J.M.C. ha explicado ante el tribunal presidido por el magistrado Ignacio Angulo que disparó contra la puerta de la vivienda para evitar que le "hicieran daño", aunque ha insistido en que no sabía si la pareja se encontraban en el interior de la casa, o si estaban allí "para protegerse o para coger un arma".

Asimismo, ha atribuido a un "calentón" su comportamiento, ya que se llevaba "bien" con las víctimas, mientras que la pistola que poseía se la habían "regalado". "Es una cosa de niñatos, lo de tener un arma cuando no tenía que tenerla", ha justificado el acusado, quien ha apuntado que guardaba la pistola "por hacernos los chulos".

A pesar de su versión, el Ministerio Público considera que el instrumento utilizado, el número de disparos efectuados, la distancia desde la que se produjeron y la altura a la que se dirigieron los mismos, "eran idóneos para causar el resultado mortal que efectivamente se produjo", de tal modo que "el acusado no podía en modo alguno desconocer que con tal acción podía llegar a un resultado tan grave como el finalmente causado a la víctima y el que se podría haber producido de no haber tenido su tío la fortuna de que no le alcanzase ninguno de los disparos".

El acusado, para quien la acusación participar interesa más de 20 años por un delito de asesinato al entender que actuó con "alevosía", ha dicho a preguntas de su defensa que conoció la muerte de la víctima al día siguiente de ser detenido, al tiempo que ha asegurado que colaboró con las autoridades porque no huyó en su coche del lugar del crimen sino que permaneció en casa de su madre. Así, su defensa pide su libre absolución o, subdiariamente, que sea condenado por un delito de homicidio imprudente.

El fiscal reclama, además de las penas privativas de libertad, una indemnización de 830.000 euros para los familiares de la víctima, que contaba con 21 años en el momento de la muerte y tenía dos hijos pequeños a su cargo, así como para el perjudicado que consiguió salir ileso. La vista continúa este martes con las declaraciones de los agentes que actuaron en el lugar de los hechos.

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