VILLAMARTÍN (CÁDIZ), 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
El equipo técnico, contratado por la Diputación de Cádiz para recuperar los restos de personas represaliadas en el cementerio de Villamartín (Cádiz) y coordinado por el arqueólogo Jesús Román, ha expuesto en su segundo informe que ya se han exhumado los restos de 30 personas represaliadas por el franquismo en este lugar y han localizado las osamentas de otras ocho personas, desde que comenzó la intervención a mediados de septiembre y hasta finales de noviembre.
En este informe, se indica también que "se han podido documentar multitud de signos de violencia, no solo en la zona craneal sino en diferentes partes anatómicas, como cajas costales, vértebras o en los metacarpos", confirmando "la crueldad de las ejecuciones", además de localizar "in situ" diferentes proyectiles de distintos calibres.
En una nota, la Diputación ha detallado que en esta parte de la intervención se ha alcanzado el lecho geológico de las fosas uno y dos, por lo que han podido recobrarse "todos los enterramientos colectivos existentes en dichas zonas", y se ha avanzado en la búsqueda de represaliados en nuevas fosas. En concreto, se ha indagado en la número tres, que ya fue localizada en la etapa anterior, además de delimitar la cuatro y la cinco.
Según el equipo técnico, estos enclaves pueden albergar "las primeras fosas abiertas tras el golpe de Estado" de julio de 1936 en esta localidad de la Sierra de Cádiz. Además, los nuevos restos "evidencian el ensañamiento con las víctimas a tenor de los múltiples signos de violencia".
En ese sentido, los signos de muerte violenta se aprecian en siete individuos, "con fracturas causadas por diversa balística y lesiones perimortem", donde uno de los sujetos recuperados en la fosa tres presenta "hasta seis impactos de bala". Las osamentas revelan la juventud de los represaliados, la mayoría con edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, y se ha localizado la presencia de un ejecutado menor de 18 años. Casi todas las personas, por el contexto de las fosas y la deposición de los cuerpos, "tuvieron que ser asesinados en los primeros compases de la represión ejercida al amparo de los bandos de guerra (entre julio de 1936 y febrero de 1937)", detalla el informe.
La dinámica del cementerio en las décadas siguientes, con enterramientos normalizados sobre las fosas, ha alterado el estado de diferentes restos, perdiéndose partes anatómicas que dificultan las indagaciones científicas. Sobre los restos recuperados se está llevando a cabo un estudio antropológico, además de recopilarse diversos objetos personales como espejos, botones, hebillas, boquillas, mecheros, gemelos, monederos, incluso alguna goma de borrar y un sacapuntas.
El equipo técnico también ha avanzado en la toma de muestras entre vecinos de Villamartín y de poblaciones limítrofes, al objeto de extraer su perfil genético y buscar si hay vínculo familiar con el ADN que se obtenga de los huesos procedentes de las fosas.