Publicado 14/11/2017 17:17

El documental 'El bueno, la bomba y el malo', de Carles Prat, revive el cine en Almería en los 60 y 70

Carles Prat ha presentado su documental en el Teatro Apolo, dentro de Fical.
EUROPA PRESS/DIPUTACIÓN DE ALMERÍA

ALMERÍA 14 Nov. (EUROPA PRESS) -

El documental 'El bueno, la bomba y el malo', de Carles Prat, analiza la época dorada del cine en Almería durante los años 60 y 70 a través de la memoria emocional de los figurantes. Entre ellos, Paco Barrilado, especialista de cine, recuerda que "había días en los que participaba en cuatro películas a la vez".

En esta edad dorada del cine en Almería, sus paisajes se convirtieron en testigos de grandes producciones y la provincia se convirtió en uno de los principales platós mundiales de la industria cinematográfica. Carles Prats ha recuperado la memoria de estas dos décadas a través de los recuerdos de almerienses que participaron en los rodajes.

A ellos se agregan las experiencias de los directores Joaquín Romero Marchén, Antonio Isasi y Edi Fowler, sobre las dificultades y la felicidad que se vivió en aquella época, según ha revelado, en un comunicado, la Diputación Provincial.

El director de Fical, Enrique Iznaola, ha explicado que "iniciamos una nueva actividad con la que queremos abrir una ventana al cine documental, con aquellos trabajos que de alguna manera tienen que ver con Almería". A su lado, Antonio Jesús García, profesor de la Escuela de Artes y fotógrafo, ha valorado del documental de Carles Prat "que pone en primer plano a los figurantes y personajes secundarios".

Carles Prat, autor del proyecto, ha explicado que "en el año 2000, cuando decidimos rodar el documental, apreciamos que de la época dorada del cine en Almería habían quedado algunos poblados del Oeste, pero no había cuajado más, cuando medio mundo reconoce el paisaje almeriense por las películas rodadas. Aquí recuperamos la memoria mítica de aquella época".

Una de las principales conclusiones a las que llega este documental es que en Almería los profesionales de las superproducciones se sintieron como en casa. Eran tratados como uno más, sin el aura de estrellas, y eso les liberaba y permitía vivir de forma relajada. Así lo reconoce el director Joaquín Romero Marchen, quien vivía durante los rodajes en un modesto hostal, donde "comíamos con ellos y convivíamos de forma sencilla, y muy familiar".

Así surgen múltiples anécdotas contadas por la gente que compartió el día a día con ellos, como Anthony Quinn al que "le gustaba cuidarse físicamente y venía en bicicleta desde el rodaje y hasta la casa que había alquilado en El Zapillo, seguida de un coche de producción, y cuando se cansaba se subía al coche. Pero la mayoría de veces llegaba en bicicleta al destino". Luego, "se arreglaba e iba a tomar algo al bar Los Cármenes, que se llenaba de almerienses que querían charlar con él".

O John Lennon, que tranquilamente se tomaba una copa en un bar, tras los rodajes y, mientras llegaban autobuses de otras provincias con fans, los lugareños lo trataban con absoluta normalidad. O el propio Edi Fowler, que iba con su Rolls&Royce a los rodajes cruzando las ramblas del Desierto de Tabernas.

El título del documental es un guiño a la popularidad del western 'El bueno, el feo y el malo', y la coincidencia de la bomba de Palomares, que no afectó a la continuación de los rodajes.

'Patton', según ha contado Carles Prats, "fue la última gran superproducción que se rodó en Almería y luego llegó una época de letargo, en la que los poblados del Oeste cambiaron a los actores por los turistas que crecían en la provincia". Ahora, gracias a acciones como Fical "se está recuperando y estructurando el sector de rodajes la provincia".

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