CÓRDOBA, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
La delegada de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía en Córdoba, Manuela Gómez, ha inaugurado este martes la exposición 'Prueba de Fuego, de Alegría y Piñero', la segunda muestra de arte emergente andaluz que se da a conocer en la sala Iniciarte de Córdoba, donde estará activa hasta el próximo 25 de abril.
Según ha informado la Junta, Alegría y Piñero -nombre artístico de Alegría Castillo Roses y José Antonio Sánchez Piñero- emplean cartón, madera o alambres para recrear objetos animados con gran capacidad de comunicación.
Los artistas, ambos licenciados en Bellas Artes, vienen trabajando en la creación de mecanismos ópticos como medio de interpretación de las imágenes, que ahora se muestran en el marco de Iniciarte, que es un programa de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte para la promoción y difusión del joven arte emergente andaluz. Está gestionado por la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales (Aaiicc).
La investigación en los diferentes canales de expresión audiovisual es el motivo conjunto de Alegría y Piñero, lo que combinan con la impartición de talleres sobre 'Creación artística y artilugios ópticos'; desde ambas perspectivas se adentran en los antecedentes del cine, la fotografía y las nuevas tecnologías. La comisión de selección ha valorado, tanto la calidad del proyecto, como la constante experimentación visual de los autores, así como su participación en exposiciones, como 'La más elegante del invernadero', en el Parque de las Ciencias de Granada el año pasado.
Cartón, papel, madera, alambre o resina son algunos de los materiales elegidos para recrear la magia de imágenes en movimiento, objetos animados que, a pesar de su sencillez, contienen una gran capacidad de comunicación y cuentan una historia real de juegos, luces, efectos visuales o mensajes. En palabras de los autores, "la serie está compuesta por artificios ópticos que doblegan a la imagen hasta revelarla" y se inspira en la obra del siglo XV del pintor holandés Dieric Bouts, 'La prueba de fuego de la condesa ante el emperador Oton III'.
La muestra se articula en nueve experimentos visuales a partir del mismo motivo. Un mutoscopio escultórico con un sistema de hojeo de 480 dibujos, los cuales se adosaban a un eje central movido por una manivela, nos introduce en el ritmo del discurso expositivo. En 'Prueba de Fuego V, VI y VII' explotan los recursos plásticos de los zoótropos, dispositivos que se basan en articular el giro mecánico de una serie de dibujos en sentido horizontal colocados en el interior de un tambor giratorio acoplado sobre un eje; en la mitad del cilindro una serie de ranuras verticales permiten que, al girar el aparato, descubramos las imágenes en movimiento.
