Actualizado 03/11/2010 19:09

Cultura organiza las Jornadas Europeas de Patrimonio 2010, dedicadas al Patrimonio del siglo XX

A través de un itinerario guiado, el 6 de noviembre se explicará al público el Regionalismo y el Movimiento Moderno en Sevilla

SEVILLA, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, un año más, coordina las Jornadas Europeas de Patrimonio, una iniciativa anual del Consejo de Europa que viene celebrándose desde 1991 y en nuestra comunidad desde 1992. Su objetivo es dar una visión temática y didáctica del Patrimonio menos conocido o valorado, siempre con el objetivo de resaltar la idea de Europa como Patrimonio común. El tema escogido para 2010 es el Patrimonio del siglo XX que en Sevilla se ha planteado como 'La arquitectura del siglo XX: el Regionalismo y el Movimiento Moderno'.

La celebración de la jornada ha sido programada el próximo sábado 6 noviembre de 2010 con un horario general de 10,00 a 14,00 horas. Las visitas guiadas partirán del Museo Arqueológico, sito en la Plaza de América, donde se proyectará el audiovisual 'Patrimonio y progreso: El Movimiento Moderno en la arquitectura andaluza.1925-1965' elaborado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH). Además, se hará entrega de material divulgativo y se iniciará un itinerario por la plaza de América, la avenida de la Borbolla y la Plaza de España, poniendo en valor los edificios más emblemáticos de la zona, se ha indicado en nota de prensa.

Las visitas serán guiadas por personal del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, del Gabinete Pedagógico de Bellas Artes de Sevilla y profesores voluntarios. Para mayor información los interesados pueden llamara a los teléfonos 955 03 62 44 y 955 03 62 45, mientras que para las visitas al Cuartel General de la Fuerza Terrestre se deberá pedir cita previa al número 955 03 62 44.

ITINERARIO GUIADO

La visita partirá de la Plaza España (Aníbal González Álvarez-Osorio, Luis Díaz del Río Martínez, 1929), y pasara por el Edificio de viviendas para militares (Felipe Medina Benjumea, 1969), las viviendas en el Prado de San Sebastián (Rodrigo y Felipe Medina Benjumea, Luis Gómez Estern, Alfonso Toro Buiza; 1951) y la Sede Social de la Compañía Sevillana de Electricidad (Medina Benjumea, Luis Fernando Gómez-Estern Sánchez, Ángel Orbe Cano, Manuel Trillo de Leyva, Fernando Villanueva Sandino, 1970), hasta llegar al Pabellón de Telefónica en la Exposición Iberoamericana de 1929 (Juan Talavera y Heredia, 1927).

Luego continuará por el Pabellón Domecq en la Exposición Iberoamericana de 1929 (Aurelio Gómez Millán, 1928), la Sede del Real e Ilustre Colegio Médico (Rafael de la Hoz Arderius, Gerardo Olivares James, 1972), la Villa Ozama (Manuel Martínez Mas, 1912), el Hotel Palace Eritaña (Gabriel Lupiañez Gely, 1928), el Pabellón de México en la Exposición Iberoamericana de 1929 (Manuel M. Amábilis Dominguez, Leopoldo Tommasi López, Víctor M. Reyes ,1926), el Parque María Luisa (Jean Claude Nicolás Forestier, 1914) y terminará en el Museo Arqueológico (Aníbal González Álvarez-Osorio, 1912)

EXPOSICIONES 1929/1992

El fenómeno de las exposiciones internacionales condicionó de alguna manera la evolución de muchas de las grandes ciudades europeas y americanas desde los últimos años del siglo XIX, ya que la organización de un evento de esta naturaleza produjo mejoras urbanísticas y ordenación racional frente a las expectativas de crecimiento. Sin embargo, fueron pocas las ciudades que han podido contar con dos eventos de este tipo en medio siglo. Este fenómeno afecta a Sevilla en pleno siglo XX, en el año 1929, aunque todavía con presupuestos basados en fórmulas prácticamente del siglo anterior y en 1992, ya con la mirada puesta en el siglo XXI.

En una ciudad como Sevilla, con un casco histórico que apenas había variado desde la Edad Media y que tampoco había experimentado cambios importantes en sus arrabales como consecuencia de la Revolución Industrial, solo la Exposición Iberoamericana abrió las expectativas de un cambio urbanístico coherente, que permitió, en parte, regenerar el tejido urbano, crear conexiones y vías de expansión y mostrar un perfil de ciudad más cosmopolita.

La arquitectura y el urbanismo que se generó alrededor de la Exposición del 29 en el entorno de la zona sur de la ciudad y en toda la ribera del río aportaron la reestructuración del parque de María Luisa y la apertura de la gran avenida de la Palmera, al mismo tiempo que se realizaba una tímida operación quirúrgica de ensanche y penetración en el casco histórico con la creación de la gran vía de la Avenida.

Sin embargo, no se culmina el adecentamiento de las riberas del río, ni se realizaron entonces, aunque si se tantearon, las conexiones ni las expansiones previstas en la zona de Triana ni los ejes trasversales proyectados que debían de dar aire al impenetrable casco histórico. La mayor repercusión urbanística se produjo en la zona de Nervión y su zona de expansión y en el Porvenir.

La Expo del 92 tuvo una gran repercusión en las infraestructuras de la ciudad, que mejoraron considerablemente, recuperaron gran parte del antiguo cauce del Guadalquivir y lo que es más importante, hicieron que la ciudad se proyectara hacia las riberas del gran río. Se multiplicaron los puentes, se adecentaron las márgenes y se empezó a vivir mirando al río. Transportes y vías de comunicación mejoraron y en este caso la arquitectura que se impuso fue de corte internacional, no solo hicieron edificios los arquitectos más reconocidos del momento, sino que también los propios arquitectos sevillanos optaron por un modelo de arquitectura internacional e integrada en el movimiento moderno.

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