HUELVA, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de investigadores de la Universidad de Huelva (UHU)han iniciado un proyecto en el que se analizan las consecuencias que han producido los diferentes Planes de Evaluación Institucional en las Universidades andaluzas y establece el impacto que ha generado en cada una de ellas.

Según informa Andalucía Innova en una nota, este proyecto de excelencia, que dirige Sebastián González Losada, ha sido dotado con 175.000 euros por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia.

"Tras diez años de evaluación institucional en nuestras universidades, parece oportuno investigar cómo han incidido en ellas los cambios de las estructuras orgánicas, el desarrollo de la cultura de evaluación, la aplicación de los instrumentos utilizados para la evaluación, la puesta en marcha de los planes de mejora, entre otros, y en definitiva tratar de establecer qué consecuencias reales han tenido dichos procesos de evaluación", aclara el investigador principal.

En este sentido, las primeras conclusiones de este proyecto de excelencia se centran en temas como la satisfacción de los evaluadores. Así, indica que los implicados en los procesos evaluadores necesitan, para un desarrollo eficaz de los mismos, reducción de algunos créditos de docencia o complementos económicos, o bien un mayor peso en los procesos de acreditación profesional a los que están siendo sometidos en el desarrollo de sus carreras profesionales.

No obstante, "este hecho contrasta con las actitudes de las partes que participan en los procesos". "Todos los que han participado en procesos de evaluación (de departamentos o servicios) se sienten satisfechos, ya que con el desarrollo de la evaluación institucional han mejorado su conocimiento sobre los puntos fuertes y débiles de su desempeño, ayudándolos a introducir cambios y mejoras tanto en la docencia como en los servicios", aclara el investigador.

A través del estudio de la relevancia, se medirá la relación e impacto con el entorno, mientras que en el caso de la Integridad, se establecerá el grado de coherencia entre el discurso y la práctica. En el caso de la efectividad, se indaga sobre el grado de cumplimento de las metas preestablecidas.

Desde que se aprobó la primera convocatoria de planes de evaluación institucional por Orden de 27 de febrero de 1996, las universidades comenzaron a integrar la evaluación y la calidad dentro de sus organigramas funcionales.

Los sistemas de evaluación se fueron implementando paulatinamente hasta que por resolución de 8 de noviembre de 1998 se constituye un Consorcio con la denominación de Unidad para la Calidad de las Universidades Andaluzas (UCUA), haciéndose cargo de la gestión del II Plan de Calidad de las Universidades, por mediación del convenio firmado entre el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y la Consejería de Educación y Ciencia y dándole el traspaso a la Agencia Andaluza de Evaluación y Acreditación en 2005.