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MÁLAGA, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Asociación Libres de Alcohol de Málaga (Alama) ha apreciado "un aumento de los enfermos adictos al alcohol que acuden a solicitar ayuda" coincidiendo con la crisis económica, ya que, la situación actual "acentúa el problema en algunas personas, lo que propicia que soliciten que les echen una mano".
Así lo ha afirmado en declaraciones a Europa Press el presiente de la asociación, Valdonero Villanueva, quien, además, ha calificado de "alarmantes" el aumento de los casos de personas que padecen esta enfermedad en Málaga. Según las cifras aportadas por Villanueva, un ocho por ciento de los habitantes de la capital sufrirían esta adicción.
Además, el presidente de Alama ha resaltado que "cada vez baja más la edad media de las personas que sufren esta adicción", "antes, la mayoría de los que sufrían este problema tenían en torno a los 50 años, ahora, acuden por primera vez a nosotros personas en torno a los 25 años".
En este sentido, ha alertado de la aparición de una "nueva generación de alcohólicos", que serían "policonsumidores de otras sustancias como el cannabis o la cocaina". Según Villanueva, este hecho lo propicia el que "ahora se ingesta de forma rápida mucha cantidad de alcohol lo que hace que los consumidores estén temprano bajo sus efectos y, para continuar, tengan que consumir otro tipo de drogas".
Asimismo, ha señalado que "el ritmo de vida actual" incentivan el surgimiento de la enfermedad. "El estrés laboral y social hace que más personas se refugien en el alcohol para evadirse", y del mismo modo, "afecta en que recaigan las personas que están siendo tratadas".
Villanueva ha hecho hincapié en que "la sociedad tiene un concepto equivocado del alcohólico" porque "él es responsable de su situación pero no se le puede culpar al cien por cien". En esta línea, ha señalado que "a la sociedad le gusta que se beba, y primero jalea a los que consumen alcohol pero luego, cuando surge el problema, se les margina".
Así, ha aclarado que "ser alcohólico tiene que empezar a identificarse con una enfermedad, como lo reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS)". "Es una adicción que no tiene un tratamiento muy avanzado porque no se ha identificado como tal" y ha destacado que "para nosotros y para todas las familias afectadas, la actividad de los médicos y los psicólogos es fundamental".
Del mismo modo, ha instado a diferenciar el concepto de "alcohólico" del de "borracho". "Hay alcohólicos que nunca se han emborrachado y personas que se emborrachan que por el contrario no son adictas".
Así, ha resaltado "la importancia de diagnosticar de forma correcta la enfermedad". En este punto, ha aclarado que "hay bebedores abusivos, que son personas de riesgo pero no llegan a ser dependientes, y hay que diferenciarlas de las adictas para tratarlas de forma adecuada".
"Una persona adicta superaría las 28 unidades de alcohol semanales, unas cuatro diarias --una unidad equivaldría a un quinto de cerveza--, y un consumo que podría considerarse peligroso estaría a partir de las 17 semanales", ha aclarado.
El tratamiento, según Villanueva, pasa por "la abstinencia total", "que la persona esté convencida de que quiere dejarlo", "el seguimiento de un médico y un psicólogo" y "el apoyo de la familia".
"El alcohol es una de las drogas que más daño producen, los afectados se multiplican exponencialmente si tenemos en cuenta las familias completas afectadas", además, según ha aseverado "el nivel de éxito es bajo pero el tiempo que se consiga parar o detener la adicción ya es muy beneficioso para la salud de los enfermos".
Villanueva, que ha superado la adicción, afirma que "se puede llegar a anular por completo" y que entonces "se inicia una vida nueva siendo mejor persona, no solo por haber dejado la adicción, sino porque se mejora la personalidad que te llevó a beber"