Málaga.- Tribunales.- La Audiencia condena a 13 años de prisión a un preso por matar a su compañero de celda

Actualizado: jueves, 7 febrero 2008 17:59

MÁLAGA, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a 13 años de prisión a un preso que acabó con la vida de su compañero de celda, de 72 años, al que agredió con un palo de escoba que partió en dos mitades con las que le atravesó el cuello y parte del abdomen. Además, se le condena al pago de 60.000 euros a los familiares por los perjuicios morales, indemnización de la que que responderá subsidiariamente el Estado.

La sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, se dicta después de que un jurado popular considerara a este hombre la pasada semana culpable de un delito de homicidio. Los hechos sucedieron el día 5 de marzo de 2006, cuando el acusado se encontraba en su celda y agredió a la víctima con la intención de acabar con su vida.

Tras esto, simuló que padecía un ataque de locura y comenzó a gritar, lo que llamó la atención de los funcionarios que estaban de guardia, que se lo llevaron sin percatarse de que el compañero de celda estaba gravemente herido. Cuando se dieron cuenta de que tenía manchas de sangre en una zapatilla, le preguntaron y éste contestó que "era mierda".

Los funcionarios regresaron a la celda y encontraron al herido, que falleció varios meses después en el hospital. La resolución señala que al entrar en centro penitenciario al acusado le fue diagnosticado un trastorno de conducta adaptativo y disociativo, aunque no estima la hubiera en el procesado circunstancias que modificaran la responsabilidad criminal.

La participación en los hechos se deduce, según la sentencia, de que sólo había dos presos en la misma celda. De hecho, el interno que colaboraba como auxiliar de la enfermería declaró en el juicio que "oyó decir al acusado que se lo había quitado de en medio".

Ni los jurados ni el magistrado-presidente admitieron la existencia de alevosía, como solicitaba la acusación particular, puesto que existían en la víctima heridas de las que se puede deducir que "tuvo alguna posibilidad de defensa". Ocurre lo mismo con el ensañamiento, al estimar que "no hubo intención de aumentar el dolor de manera deliberada o especialmente cruel".