Un voluntario anima a sumarse a una labor que "llena el alma"

Para El Fin De Semana
EUROPA PRESS/REMITIDO
Actualizado: sábado, 14 mayo 2016 18:47

MÁLAGA, 14 May. (EUROPA PRESS) -

   Gonzalo Zamora, un voluntario malagueño implicado desde hace años en decenas de causas solidarias que buscan mejorar las condiciones de vida de personas que sufren dificultades de todo tipo, ha lanzado un llamamiento para animar a otros ciudadanos a sumarse de un modo u otro al voluntariado, una labor que, según ha asegurado, "llena el alma".

   Zamora, que en 2014 fue uno de los artífices que posibilitaron que una joven malagueña con espina bífida cumpliese su sueño de afrontar la subida a pie al pico Veleta, ha relatado a Europa Press su experiencia como voluntario, desde sus inicios en la Cruz Roja hasta la actualidad, con el fin de que su ejemplo sirva "para animar a otros a que lo hagan".

   "Lo primero que hay que decir es que un voluntario es una persona que da su tiempo, esfuerzo y trabajo, a veces hasta su dinero, sin pedir nada a cambio, simplemente por amor a los demás, sobre todo a los que sufren y están solos", ha indicado este maestro de Educación Física, que ya en su infancia sentía la necesidad de prestar su ayuda a los más débiles.

   Tras unos primeros servicios en la Cruz Roja y con la experiencia de haber creado junto a su hermano y otro amigo una asociación de deporte adaptado, Zamora recaló en el Hospital Materno Infantil de Málaga, donde pasó dos años ayudando a los niños hospitalizados, "quienes me enseñaron a seguir adelante pese al sufrimiento".

   Una casa de acogida donde se atendía a discapacitados físicos y psíquicos, así como a enfermos y ancianos, fue la siguiente estación dentro del periplo solidario de este voluntario, que prosiguió su labor dando masajes terapéuticos durante dos años a enfermos terminales de cáncer, a través de la asociación Cudeca.

   "Esta fue una experiencia única, con personas prácticamente sin solución, pero de las que aprendí que nunca hay que desfallecer y que siempre hay esperanza, como demuestran los casos de personas que se salvaron, como una chica con cáncer, sida y en silla de ruedas con la cadera rota, que actualmente está curada y tiene un niño", ha detallado.

   La impartición de cursos de primeros auxilios o de educación física para discapacitados también forma parte de la actividad de este voluntario, que se involucra asimismo en multitud de experiencias que utilizan el deporte como elemento de integración, como por ejemplo actividades en el medio acuático para niños con parálisis cerebral.

   Igualmente, ha participado y participa, inicialmente a través de la ONCE y hoy día a título particular, en rutas senderistas o en bicicleta-tándem en las que acompaña a discapacitados visuales, personas "que me enseñan a ver y comprender la vida de otra forma", y de cara al futuro ya ronda por su mente la creación de una asociación que ayude a niños autistas a través de la práctica del surf.

   La referida subida al Veleta con la joven Lourdes Díaz, a quien conoció mientras ejercía de voluntario en la Asociación Vida Independiente (AVI), es otro ejemplo de las historias de superación que ha ayudado a hacer realidad Zamora, que quizá en un futuro vuelva a poner esta montaña en su objetivo, en este caso como parte de la preparación de una mujer en silla de ruedas que tiene la intención de ascender el Kilimanjaro.

   La fundación Luis Olivares, de cuidado a niños con cáncer; la fundación Cesare Scariolo, que ayuda con el baloncesto a niños hospitalizados; la asociación Amelgar, que busca trabajo para discapacitados; la asociación Aspayn, de ayuda a discapacitados con daño medular; la fundación Theodora o la asociación Padre Huelin son otros de los colectivos en los que presta o ha prestado su trabajo desinteresado.

   La ayuda a los Ángeles Malagueños de la Noche, a la casa de acogida 'La buena vida' o a cualquier asociación o iniciativa solidaria; la recogida y entrega de juguetes y material deportivo o la organización de eventos para recaudar fondos para ayudar a niños con enfermedades raras forman también parte del bagaje de este "voluntario de Dios", como él mismo se denomina, que está convencido de que nació "para servir a los demás".

   "Yo sólo hago lo que tengo que hacer; me llena el alma ayudar a los demás porque, en realidad, me ayudo a mí mismo", ha manifestado Zamora, quien ha dejado claro que todo lo hecho "es sólo una parte de la historia del voluntariado, que en ningún caso termina aquí, pues siempre habrá personas con problemas, enfermedades o miedos a las que habrá que asistir, y por eso me gustaría animar a otros a que también lo hagan".