SEVILLA, 4 May. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Juan Díaz Trillo, indicó hoy que Andalucía es la región europea con más municipios comprometidos contra el cambio climático, con un total de 495 ayuntamientos adheridos al Pacto Local promovido por el Gobierno andaluz para hacer frente al cambio global.
Díaz Trillo, quien presidió hoy junto al presidente de la Federación de Municipios y Provincias (FAMP), Francisco Toscano, la adhesión de 111 nuevos municipios a dicho pacto, destacó que en apenas un año 495 ayuntamientos, lo que representa el 80 por ciento de la población, se han comprometido en la lucha contra el cambio climático, uno de los grandes "desafíos políticos y de la humanidad".
Esta lucha, según el consejero, tiene ya un "hito" casi concluido como es el Programa de Mitigación incluido en el Plan Andaluz de Acción por el Clima, que ya ha ejecutado el 95 por ciento de las medidas contempladas, lo que hace posible que de modo "inminente" el Gobierno andaluz ponga en marcha una segunda fase, el Plan de Adaptación ante el Cambio Climático.
El titular de Medio Ambiente destacó, en este marco, la importancia de la colaboración de los ayuntamientos, pues es "imprescindible hacer cómplices a los ciudadanos en la gestión de residuos, el ahorro energético con el cambio de la luminaria, o el impulso del transporte público, como la bicicleta el tranvía".
Por otro lado, en cuanto al nivel de emisiones de CO2 a la atmósfera, aseguró que los municipios andaluces están "en el buen camino", ya que se ha producido una disminución de la liberación de gases de efecto invernadero de 8 toneladas por habitante y año a poco más de siete, lo que acerca el objetivo de lograr las 6,3 toneladas y una reducción global del 19 por ciento de emisiones.
Díaz Trillo manifestó que la iniciativa de los ayuntamientos ha estado acompañado del esfuerzo inversor en obras públicas que ha realizado el Gobierno español a través del Plan E, que con más de 5.000 millones para toda España ha puesto el acento en las cuestiones medioambientales.
Por su parte, el presidente de la FAMP, apeló a la sensibilidad de los ayuntamientos para incitar su colaboración en la lucha contra el cambio climático, ya que, el modelo de ciudad, como recordó, es competencia de la administración local.
Destacó que el avance en esta materia es "cuestión de voluntad política", ya que este tipo de iniciativas "no requieren de grandes inversiones" .Así, Toscano citó a Sevilla como "modelo de referencia" de lo que se puede hacer en esta materia "cuando hay voluntad política", apuntando que en muy pocos años se ha producido un cambio "fundamental" traducido en la creación de vías peatonales, zonas verdes, carriles-bici y el fomento de transporte menos contaminantes.
EL PACTO
El Pacto Local contra el Cambio Climático contempla el compromiso de los gobiernos locales a reducir en al menos un 20% las emisiones de CO2 en sus respectivos municipios mediante la aplicación de un Plan de Acción para la Energía Sostenible.
Además, los firmantes habrán de determinar qué recursos van a comprometer en este plan y tendrán que elaborar un inventario de referencia de las emisiones, para lo que dispondrán del apoyo de la Consejería de Medio Ambiente a través de la 'Huella de Carbono', una herramienta que permitirá a los municipios la evaluación de las emisiones que se registran en su término municipal.
Otro importante instrumento para luchar contra el cambio climático desde la óptica local es el Programa de Sostenibilidad Urbana 'Ciudad 21', que ya cuenta con un total de 231 localidades andaluzas de más de 5.000 habitantes.
Esta iniciativa para mejorar el medio ambiente urbano beneficia ya al 85 por ciento de la población andaluza (6,7 millones de habitantes) y ha supuesto el desarrollo de 585 actuaciones con más de 36,5 millones de euros inversión.
Los proyectos ejecutados están vinculados a las diferentes áreas del programa relacionadas con el ahorro y eficiencia energética, la gestión de los residuos urbanos, la mejora de la movilidad o el papel de las zonas verdes como sumidero de gases de efecto invernadero.