CÓRDOBA, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -
F.R.P., uno de los acusados de un delito de homicidio imprudente y otro contra los derechos de los trabajadores por no ofrecer las medidas de seguridad necesarias afirmó hoy que no advirtió peligro en la obra, ya que en caso contrario la hubiera paralizado.
El suceso se produjo a raíz de que el procesado D.M.H. encargara que hiciera un pozo en su finca de Pozoblanco (Córdoba) a F.R.P., que realizaba trabajos de albañilería. Una vez que comenzaron las obras, se procedió al anillado del pozo, "que se hizo sin que por parte de F.R.P. se realizara la entibación de las paredes o se adoptara cualquier otra medida de seguridad para evitar derrumbamientos", según apunta el fiscal en su escrito.
Este hecho, añade el ministerio público, fue también "consentido y observado" por D.M.H., quien "omitió cualquier instrucción tendente a garantizar la seguridad de los trabajos". Así, sobre las 13.55 horas del 13 de mayo de 2005, cuando la víctima, "peón a cargo de F.R.P., se encontraba trabajando en el interior del pozo, debido a la falta de las medidas de seguridad oportunas, se produjo un desprendimiento de tierra que sepultó al trabajador", causándole heridas tan graves que le produjeron la muerte de modo casi inmediato.
Al respecto, F.R.P. quiso dejar claro hoy en la vista oral que el fallecido no era empleado suyo, aunque sí reconoció que era él quien decía cómo se tenía que hacer el trabajo. En cuanto al peligro que podría conllevar la actividad que realizaban, manifestó que "los hay, igual que en otros muchos trabajos", y en este caso no observó riesgos, ya que, si no, hubiera paralizado la construcción del pozo.
Por su parte, D.M.H. respondió que carecía de licencia de obras y de proyecto técnico y aunque advirtió que "la obra no era segura porque se veía que aquello tenía riesgo", no paró los trabajos porque "ellos (el fallecido y F.R.P) decían que esa tierra arcillosa no solía moverse".
D.M.H. declaró que él confiaba en lo que ellos le decían, ya que las instrucciones las daba F.R.P. y el sólo ayudaba y hacía lo que le iban pidiendo. Por tales hechos, el fiscal pide tres años de prisión para cada uno de los dos acusados.