CÓRDOBA 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un agente de la Policía Nacional de Lucena (Córdoba) afirmó hoy durante su declaración que cree que Sara B. "participó en la planificación del asesinato de un indigente como un miembro más de la pandilla y tenía conocimiento de todo lo que se había preparado".
En la segunda sesión del juicio, el policía manifestó que en su declaración después del día de los hechos ella dijo que tenía conocimiento de que iban a hacerle daño a esa persona, apodado en la localidad lucentina como Tito.
Ella comentó que su primo, menor de edad, y dos más habían preparado su muerte y ella tenía conocimiento de ello. Añadió que lo quemaron y lo grabaron con el móvil y después de eso los menores dijeron "qué bien, somos unos asesinos". Contó que le pegaron a Tito y en concreto ella le dio un guantazo, y además participó en agresiones anteriores, que las grababan con el móvil.
Según el agente, la acusada "contó la verdad tal cual fue, desde primera hora, hasta el final", lo que también confirmó otro Policía, que señaló que "Sara estaba muy preocupada por la gravedad del hecho y por eso contó todo tal como ocurrió". Así, según las declaraciones de Sara en ese momento, reconoció que había participado en otras agresiones y que en la tarde anterior a los hechos, los tres menores manifestaron que iban a matarlo.
De este modo, a la mañana siguiente, uno de estos menores, le pidió un bote de disolvente y ella se lo tiró por la ventana. Una vez ocurrió el suceso, el agente declaró que vieron salir a los chicos del portal de Sara mientras ella les decía que corrieran que "eran de la secreta". Y es que la acusada ya conocía a los agentes, puesto que con anterioridad había sido detenida por varios delitos de robo.
Durante la sesión de hoy también declaró el compañero que vivía con la víctima y manifestó que en la tarde anterior al suceso discutieron Tito y Sara, pero no le pegó, aunque hubo un momento en el que se fue para irse a comprar pan. Añadió que tampoco escuchó que planearan su muerte.
De otro lado, una vecina del fallecido comentó que le solían insultar y agredir y que ese día vio a tres niños salir corriendo, mientras que un Policía judicial declaró que en la toma de declaraciones de los menores, uno de ellos dijo que Sara no sabía que la botella de disolvente era para matar a una persona.
Asimismo, declaró también hoy una trabajadora del área de Seguridad Social del Ayuntamiento de Lucena que afirmó que "Sara tenía muchos problemas de conducta" y que incluso la tuvieron que expulsar de una escuela taller. Finalmente, los familiares del fallecido manifestaron que sólo piden justicia y que la indemnización se pague con cárcel.
El suceso tuvo lugar el 18 de octubre de 2007 cuando, según el escrito del fiscal, sobre las 08,00 horas, Sara y los menores "se pusieron de acuerdo para acabar con la vida del hombre quemándolo con disolvente, que proporcionó la acusada". De este modo, en la casa del fallecido, sobre las 10,30 horas, rociaron el disolvente sobre su cuerpo y con un mechero le prendieron fuego hasta causarle la muerte", al tiempo que grababan lo sucedido con un teléfono móvil.
Añade el ministerio público que en la tarde del 17 de octubre de 2007 cuando él estaba en el parque Paseo de Rojas de Lucena (Córdoba) en compañía de su compañero de vivienda y de un conocido los jóvenes comenzaron a discutir con la víctima, quien le dijo a la procesada "que se cagaba en sus muertos", lo que enfadó mucho a ésta, ya que hacía un mes que había fallecido su madre.
Ante tales expresiones, según el ministerio fiscal, ella le dijo que "lo tenía que matar" y, "guiada por el ánimo de atentar contra su integridad física", le propinó un guantazo en la cara y varias patadas. Asimismo, los menores también comenzaron a agredir y burlarse de él, al tiempo que uno de ellos grababa la agresión con un móvil.
Tras lo sucedido, señala el escrito del fiscal, ella quedó con estos amigos para que a la mañana siguiente, sobre las 08,00 horas, en lugar de ir a clase, fueran a casa. Así, ese día y a esa hora, los tres menores llegaron al domicilio de S.B.V. y "se pusieron de acuerdo para acabar con la vida del hombre quemándolo con disolvente, que proporcionó la acusada".
Por tales hechos, el fiscal pide 17 años de prisión por un delito de asesinato, mientras que la defensa solicita la libre absolución al considerar que no hay pruebas que determinen que se produjera un acuerdo para matar a la víctima. El juicio continuará mañana en la Sección Primera de la Audiencia de Córdoba.