Un estudio de la UPO avisa del encarecimiento de la vida en los barrios que apuestan por creación y cultura

Archivo - Pintura en pared de una vivienda en Sevilla. Imagen de archivo.
Archivo - Pintura en pared de una vivienda en Sevilla. Imagen de archivo. - UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE - Archivo
Europa Press Andalucía
Publicado: miércoles, 10 diciembre 2025 13:27

SEVILLA 10 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los investigadores de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) Luis Navarro Ardoy y Lucía Cordón Díaz han analizado cómo "la transformación de barrios creativos en Málaga y Sevilla está encareciendo la vida cotidiana y desplazando tanto a residentes de toda la vida como a artistas y pequeños negocios culturales".

Según ha informado la UPO en una nota, el trabajo se ha recogido en el capítulo 'El precio de la creatividad. Gentrificación, desplazamiento y transformación social', publicado en el libro 'Donde habita la cultura. Distritos creativos, modelos y tensiones en la ciudad contemporánea' (Comunicación Social, 2025), disponible en acceso abierto.

Los llamados distritos creativos se han convertido en "una de las grandes apuestas de las ciudades" para dinamizar la economía local a través del talento y la atracción de inversión como galerías, talleres, espacios culturales y nuevas formas de emprendimiento, según el estudio.

Pero, según la investigación, "ese mismo éxito puede desencadenar procesos de gentrificación y turistificación que tensionan el tejido social, es decir, suben los alquileres, cambian los usos de los locales y se debilitan las redes vecinales".

Por otro lado, inspirado en las teorías de Jane Jacobs y Richard Florida, el trabajo ha enmarcado estos barrios como "escenarios donde se cruzan políticas culturales, intereses inmobiliarios y expectativas turísticas". La creatividad se presenta así como "motor de desarrollo pero también como posible vector de desigualdad".

En este sentido, para evitarlo han propuesto acompañar el fomento de estos distritos con "medidas de protección social y urbana", que permitan hacer extensivos sus beneficios a toda la población. Asimismo, la investigación se ha basado en 23 entrevistas en profundidad con artistas, artesanos, comerciantes, representantes vecinales y técnicos de la administración pública y se ha centrado en dos casos de estudio: el Soho de Málaga y el Cuadrante Noreste del Casco Histórico de Sevilla.

Heredia ha pasado de área degradada a autodenominarse 'barrio de las artes' en Málaga, impulsado por la apertura del Centro de Arte Contemporáneo (CAC), el Teatro Soho CaixaBank y proyectos de arte urbano en un modelo de revitalización impulsado de arriba abajo por el Ayuntamiento y el sector privado.

Por otra parte, el relato oficial ha subrayado la revitalización y la "nueva imagen de ciudad", pero los testimonios recogidos en la investigación han apuntado también a la subida del precio de la vivienda, la proliferación de alojamientos turísticos y la sustitución del comercio tradicional por negocios orientados al visitante.

Por su parte, el cuadrante noreste del Casco Histórico de Sevilla --entorno a las calles Feria, San Luis y Amor de Dios-- ha representado un modelo opuesto, de abajo a arriba, en el que la iniciativa ciudadana y artística ha tenido un "papel protagonista": talleres en antiguas naves, espacios compartidos de creación, galerías y proyectos autogestionados.

Aun así, "las tensiones han aflorado", relacionadas con una creciente presión inmobiliaria, según el estudio. Algunas personas entrevistadas han reconocido que, "si tuvieran que alquilar sus talleres o viviendas, no podrían permitírselo". Así, los distritos creativos han generado "dinamismo cultural y económico, pero también han provocado fragmentación social". Cuando la cultura se convierte en un producto de consumo, las comunidades locales "corren el riesgo de desaparecer".

En este sentido, los resultados han mostrado que, a medida que estos barrios "se ponen de moda", crece la brecha entre quienes pueden seguir viviendo y trabajando en ellos y quienes se ven obligados a marcharse. Por tanto, el encarecimiento de los alquileres, la conversión de viviendas en apartamentos turísticos y la sustitución de usos --de taller o comercio de barrio a negocio de ocio y restauración-- han aparecido como "factores clave de desplazamiento".

Para los autores, el riesgo es doble: por un lado, "se intensifica la desigualdad socioespacial; por otro, se erosiona precisamente la identidad cultural que hizo atractivos estos barrios". No obstante, la imagen de barrio creativo puede acabar derivando, han señalado, en un escenario cada vez más homogéneo, con menos espacio para la creación independiente y la vida vecinal. Además, el estudio ha incidido en que los distritos creativos "no están condenados a este desenlace si se diseñan políticas urbanas que equilibren dinamismo cultural y derecho a la ciudad".

Entre las claves que han señalado Navarro Ardoy y Cordón Díaz han destacado, por un lado, proteger la vivienda y los espacios de trabajo de residentes y agentes culturales, evitando su sustitución masiva por usos turísticos así como impulsar políticas culturales de largo recorrido, más allá de eventos puntuales o campañas de marketing urbano y, además, reforzar la gobernanza participativa, incorporando a vecinos, artistas, comercios y administración en las decisiones sobre el futuro del barrio.

Por otra parte, "la creatividad no puede florecer donde la vida cotidiana resulta insostenible", ha resumido la coautora del trabajo, Lucía Cordón Díaz, al subrayar la necesidad de compatibilizar la apuesta por la cultura con "condiciones de vida dignas" para quienes habitan estos entornos.

Por último, el reto para estas dos ciudades andaluzas --y para muchas urbes globales-- pasa, ha concluido la investigación, por entender que "el verdadero indicador de éxito de un distrito creativo no es solo el número de museos o galerías que alberga, sino la capacidad de mantener y cuidar a su tejido humano".

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