La familia del preso con hepatitis C reitera que éste sigue sin atención médica y vuelve a pedir ayuda

Actualizado: miércoles, 20 mayo 2009 19:21

GRANADA, 20 May. (EUROPA PRESS) -

La familia del granadino Miguel Francisco Montes, que está interno en la cárcel de Jaén y que padece hepatitis C, reiteró hoy que éste sigue sin recibir la atención médica que necesita y volvió a pedir ayuda para que reciba el tratamiento adecuado a su enfermedad, después de que Instituciones Penitenciaras asegurara que el interno sí recibe la asistencia facultativa "que necesita".

En declaraciones a Europa Press, su hermana, Encarnación, dijo estar ya "desesperada", puesto que la vida de Miguel sigue peligrando, ya que se ha declarado en huelga de hambre hasta que no sea atendido en un hospital y su estado de salud es muy delicado.

Encarnación reiteró además que Miguel fue condenado de manera "injusta" en el último juicio que se siguió contra él, "porque la Policía lo señaló" cuando el robo del que se le acusaba fue perpetrado por personas que tapaban su rostro. "Mi hermano no ha matado a nadie y hay presos de ETA que son atendidos en un hospital cuando se declaran en huelga de hambre", dijo la hermana, quien se mostró indignada por el trato que recibe Miguel, de 59 años y preso por diferentes causas desde 1976.

La familia, que ha pedido al Defensor del Pueblo que Miguel sea trasladado en un hospital, teme por la vida del interno ya que, a la hepatitis C que padece, se suma que no tiene muelas, que apenas puede tragar por las heridas en la garganta, y que tiene afectado el pulmón. En la cárcel de Jaén "se han negado a darle tratamiento alguno, ni siquiera una aspirina", una situación que le ha llevado a la "desesperación total" de pedir que le trasladasen al País Vasco para que su familia deje de verlo sufrir.

En el escrito remitido al Defensor del Pueblo la familia se queja que desde 2007 le han estado "dando largas" en su petición de que trasladaran a Miguel, en prisión desde el año 1976, a un centro hospitalario, hasta que el 16 de abril se le dijo que tenía cita con el urólogo. Sin embargo, lo que ocurrió fue que lo trasladaron de la cárcel granadina a la de Jaén "donde lo primero que hicieron fue anularle todo tipo de medicamente y quitarle el alimento que tomaba" (un producto bebible contra la anemia).

La hermana que señala además que en los distintos juicios que se han celebrado contra Miguel, "que no ha sido condenado por delitos de sangre", se han cometido "irregularidades", tanto por parte de la Policía como por parte de los jueces. "Lo condenan con mentiras y falsedades ante nuestro desconsuelo e impotencia. Miguel sale condenado y ni su abogado lucha como debe", indican en la misiva.

Encarnación pidió además al Defensor del Pueblo que medie para que Miguel sea trasladado a Málaga para estar más cerca de su familia, donde podría ver a sus hijas mas regularmente.

"Usted no puede permitir esto. No le pido más que nos ayude en lo que pueda, que le vean en un hospital y le pongan el tratamiento adecuado y, si usted puede ayudarnos, que le den al menos un tiempo para poder curarse con su familia y con nuestra madre que ya ni se mueve ni habla con 87 años y que nunca ha disfrutado de ese hijo el que adora", indica la familia en su carta, que confían en que tenga una respuesta pronta del Defensor.