Fiscalía rebaja su petición de cárcel para uno de los acusados en el asesinato del vecino de Linares

Procesados en la vista de hoy
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 2 octubre 2012 18:10

JAÉN, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio Fiscal ha rebajado de dos años a seis meses de prisión su solicitud de condena para L.M.H., el acusado de omitir el deber de perseguir delitos en el marco de la muerte, en septiembre de 2009, del vecino de Linares de 31 años de edad, un fallecimiento del que presuntamente son responsables F.M.G. y M.C.R., para los que ha mantenido su petición de 18 años de cárcel.

En la vista, la Fiscalía ha manifestado en sus conclusiones finales que, a su juicio, L.M.H. "no participó directamente de los hechos porque se fue del lugar antes de que se consumara el asesinato". Sin embargo, no le exculpa de que no avisara de lo que estaba ocurriendo en un solar en construcción de la calle Bailén de la mencionada localidad, en el que supuestamente los otros dos procesados estaban protagonizando el asesinato de la víctima con un objeto contundente con el que, al parecer, le perforaron el cráneo.

Asimismo, la fiscal mantiene que F.M.G. y M.C.R. "cometieron un asesinato". Así, y aunque las hipótesis que se barajan señalan que fue M.C.R. el que golpeó al finado, "F.M.G. fue el que facilitó la tarea abriendo una valla que impedía el paso al edificio donde metieron a la víctima", si bien, además, "dijo que lo iban a matar, en plural", acogiéndose la fiscal a lo declarado por el testigo protegido en la fase de instrucción.

En cuanto a este testigo, el Ministerio Fiscal ha señalado su situación de "indefensión", pues para el mismo es "carne de cañón" una vez los acusados "han podido conocer de quién se trata", pues, incluso, la Policía indicaba en la segunda sesión de la vista que "todo Linares sabía de quién se trata y por supuesto los procesados". Así, la fiscal ha dicho que "no es un testigo protegido, sino desprotegido", del mismo modo que ha reconocido el "malestar que le ha creado su comparecencia" por su exposición de cara a los imputados, a pesar de que declaró tras un biombo.

Así ha sido como la fiscal se ha dirigido al Jurado Popular en el juicio, haciendo hincapié en que acusa a F.M.G. y M.C.R. del delito de asesinato porque "entiende que la víctima no pudo defenderse de ninguna manera, pues, tras el primer golpe no pudo levantarse". "Su cojera era evidente y, por si fuera poco, padecía un retraso mental y estaba operado del corazón", tal y como pudo comprobar el forense al practicarle la autopsia el 23 de septiembre de 2009, un día después de ser encontrado el cadáver.

DE SOBREDOSIS A MUERTE VIOLENTA

Según ha relatado el médico forense, vio dos orificios en el cráneo y fue entonces cuando alertó de ello a la Policía científica, puesto que hasta el momento se había barajado la posibilidad de que la muerte fuera consecuencia de una "sobredosis". Tras ello, asegura que el cuerpo fue llevado al Hospital Neurotraumatológico de Jaén para realizarle una serie de radiografías, en las que, finalmente no se observaron signos de violencia aunque sí el desplazamiento de una costilla izquierda.

De esta manera, el forense ha aseverado que es "difícil de determinar si hubo otras lesiones por el estado de putrefacción" en el que se encontraba el cuerpo cuando fue hallado. Sin embargo, ha determinado que la muerte fue producida por un objeto contundente, si bien lo ha concretado en "fragmentos de ladrillo", que fueron encontrados en el lugar tras el levantamiento del cadáver, o en una barra de hierro que también fue vista en la inspección ocular y cuyos extremos, dos salientes puntiagudos, "podrían haber ocasionado los dos orificios en el cráneo del cadáver".

Finalmente, ha advertido que el golpe que produjo dichos agujeros en la cabeza "pudo darse antes o después de la muerte, aunque hace pensar que fue antes". Preguntado por el letrado de la defensa de F.M.G. y M.C.R. por el hecho de si la muerte pudo deberse a un infarto de corazón, el forense ha contestado que es "poco posible aunque no se puede descartar". Ante la posibilidad de que la víctima pudiera haber vivido si se hubiera dado aviso a los facultativos de la agresión, ha manifestado que "existe esa posibilidad".

"SABÍAN LO QUE HACÍAN"

Por su parte, los facultativos encargados de comprobar si ambos acusados tenían en buenas condiciones sus capacidades cognitivas y volitivas han señalado que "totalmente", con lo que en el momento de las pruebas, aseguran, "no sufrían ninguna alteración en dichas capacidades que le impidiera saber lo que hacían".

En cuanto a las pruebas para conocer la identidad de los restos orgánicos que había junto al cuerpo sin vida, los especialistas han indicado que "los pelos hallados en una de las manos del fallecido podrían ser de él mismo o de un hermano por parte de madre". Así, han manifestado haber analizado sangre recogida en el lugar, aunque, debido al tiempo transcurrido desde que tuvieron lugar los hechos hasta que fue mandada a analizar, ha sido "imposible conocer a quién pertenece".