Archivo - La mina de Aználcollar, imagen de archivo. - JUNTA - Archivo
AZNALCÓLLAR (SEVILLA), 6 (EUROPA PRESS)
La funcionaria del Cuerpo Superior de la Junta de Andalucía, Aurora Romera, una de las dieciséis personas absueltas este viernes por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla por el supuesto amaño del concurso internacional para la adjudicación de la mina de Aznalcóllar, ha afirmado que la noticia les hace "felices, porque tranquilos ya estábamos porque teníamos la verdad" y ha criticado que el proceso, que ha llegado a tildar de "calvario", haya durado diez años: "Es inconcebible, hemos vivido una pesadilla, cuando solo habíamos hecho nuestro trabajo".
"No hay palabras para describir lo que hemos sentido tanto nosotros como nuestras familias durante estos diez años, y tras la absolución. Nos sentimos felices, porque tranquilos ya estábamos, a pesar de esta década que hemos vivido", ha afirmado Romera durante una entrevista en 'Hora 14', recogida por Europa Press.
Cabe enmarcar que la sentencia absuelve a los acusados de los delitos de tráfico de influencias, continuado de prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, fraude, negociaciones prohibidas a funcionarios y prevaricación medioambiental que les atribuyeron las acusaciones ejercidas por Emerita Resources España S.L.U., SC Andalucía Mining y la Federación Provincial de Ecologistas en Acción al considerar que "no existen indicios de los delitos atribuidos y que se ha tratado de una acusación infundada".
En este sentido, Romera ha remarcado la "incredulidad" con la que los investigados han vivido el proceso. "No dábamos crédito a lo que estaba pasando por haber hecho nuestro trabajo", ha apostillado.
A juicio de la funcionaria, la sentencia hace "justicia" y "pone de manifiesto la mala fe de todas y cada una de las personas responsables de habernos sentado en un banquillo injustamente y de haber mantenido una mentira durante diez años".
Preguntada sobre la duración del procedimiento, que se ha extendido a lo largo de una década, Romera ha subrayado su sensación de "injusticia" por haber acabado en la vía penal. "El coste emocional, el sufrimiento para nosotros y para nuestras familias es incalculable. Hemos vivido un proceso duro e injusto", ha señalado.
"Nuestra reputación social, laboral, nuestro daño psicológico y físico que hemos sufrido y sufrimos. Es irreparable, pero hay que seguir adelante", ha lamentado.
Con el tribunal afirmando que no existen "pruebas ni indicios" y que la acusación era "infundada", Romera ha reconocido su propia perplejidad. "Mis compañeros y yo nos preguntamos cómo es posible que se haya llegado a celebrar un juicio desde el mismo momento en que supimos que iríamos a juicio oral". En este punto, ha apuntado a la magistrada que reabrió el caso. "Esa pregunta debería hacerse a la jueza, después de que la instructora y la fiscal concluyeran que no existía ni delito ni prueba alguna", ha concluido.