JAÉN, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
El delegado del Gobierno andaluz en Jaén, Francisco Reyes, informó hoy de que las reses muertas en la provincia a causa de la 'lengua azul' ascienden ya a 210, de las que 190 ya han sido recogidas y los 20 cadáveres restantes serán retirados durante el día de hoy.
Reyes aprovechó una comparecencia ante los medios de comunicación para hacer un llamamiento a los ganaderos a la cooperación y para que trabajen junto con la Junta de Andalucía y comuniquen "rápidamente" si tienen reses muertas así como su ubicación.
El delegado del Gobierno andaluz en Jaén destacó la importancia de esta cooperación más aun cuando se da la circunstancia de que ha habido un ganadero que tenía más de 50 animales muertos y que "no dijo nada" hasta días después, una actitud sobre la que advirtió que puede ser sancionada.
En cualquier caso, Reyes adelantó que el próximo lunes se celebrará una reunión en Andújar entre técnicos de las Oficinas Comarcales Agrarias (OCA) y veterinarios con los ganaderos afectados para analizar la situación e intentar mejorar todas las tareas que se están desarrollando.
Fue el pasado 28 de septiembre cuando el delegado provincial de Agricultura de la Junta en Jaén, José Castro, confirmó públicamente la existencia de un foco de 'lengua azul' en tres explotaciones de Andújar.
Castro explicó entonces que se trata de un sero-tipo uno. "El que hasta ahora había en Andalucía era el cuatro, lo hemos afrontado con bastante éxito porque habíamos vacunado a toda la cabaña de ovino, caprino y bovino y por eso era altamente improbable un caso de 'lengua azul', pero al cambiar el sero-tipo, cambia la fotografía", explicó. Al respecto, agregó que si antes se daba un periodo de seis meses para inyectar la nueva vacuna, ante esta situación "es previsible" que se anticipe a noviembre.
Además, remarcó que este problema "no es de seguridad alimentaria, no hay problema con el consumo de carne", aspectos sobre los que hizo especial hincapié porque "bastantes problemas tienen ya los ganaderos de por sí", es un problema "estrictamente comercial", insistió.
