Rubalcaba proclama que la inmigración legal es la mejor política para combatir la ilegal

Actualizado: miércoles, 30 julio 2008 16:08

TORRES (JAÉN), 30 Jul. (EUROPA PRESS) -

El ministerio de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, analizó hoy que la mejor manera de luchar y combatir la inmigración ilegal es desarrollar, abordar y colaborar con este fenómeno desde los cauces legales, siendo la "cogestión" la palabra "mágica" para afrontar estos flujos.

En la presentación de las Jornadas sobre Inmigración e Integración que dirige el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en su localidad natal, Torres (Jaén), Rubalcaba defendió la importancia de colaborar con los países de origen no solo para que, por ejemplo, acepten los vuelos de repatriación, sino también para establecer acuerdos con ellos que permiten la contratación en origen.

"Todo para evitar el efecto huida, que no tiene fácil arreglo", subrayó el ministro de Interior, quien, en este punto, resaltó la ironía de que durante cuatro años se haya estado discutiendo en España sobre ese 'efecto llamada' que iban a producir las medidas introducidas por el Gobierno español porque eran "muy buenos" con los inmigrantes.

No obstante, analizó que en Italia se ha puesto en marcha la política "más dura que se conoce, hasta extremos incluso criticables" y hace unos días tuvo que decretar el "estado de excepción" por "la avalancha de inmigrantes ilegales", lo que le valió para sentenciar que ese 'efecto llamada' "no era verdad". "¿Dónde están ahora los teóricos del efecto llamada?", preguntó retóricamente.

En cualquier caso y pese a "todo el esfuerzo" desarrollado por el Gobierno español en materia de inmigración, Rubalcaba incidió en que este fenómeno requiere ser abordado con toda Europa, porque dada la magnitud que ha adquirido España no puede afrontarlo únicamente con sus medios. Así, reconoció que el mapa europeo arroja una perspectiva "muy difícil" dada las diferentes particularidades que cada país presenta, si bien esto no es óbice para caminar junto a Europa aunque haya que hacerlo "muy despacio".

A su vez, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, definió a la inmigración como un fenómeno complejo en el que dentro de sus acepciones no hay cabida para ser considerado como un problema. "La inmigración no es un problema, es un fenómeno y como tal es obligación de las instituciones gobernarlo", afirmó. En datos, la inmigración se contabiliza a fecha del pasado 31 de marzo con 4.192.835 personas, de las que más de dos millones (el 54 por ciento) son hombres y el resto mujeres.

LA TIERRA DEL SUEÑO

Corbacho incidió en que esos más de cuatro millones de personas no abandonaron sus lugares de origen para ejercer el derecho a la movilidad, sino para cambiar su origen "desigual" con respecto al mundo globalizado, por una Europa que califican como la tierra del sueño y la esperanza. Por ello, señaló que hay que ligar a la inmigración al mercado de trabajo y, en este sentido, abogó por atender también a la otra cara de la moneda, la del país con escasos recursos que ha destinado una parte de ellos en formar a sus habitantes que acaban dejando esta situación para buscar un trabajo en Europa, dejando a su país un poco más empobrecido por su marcha.

El ministro de Trabajo e Inmigración abogó por ejercer un "control legal" de los flujos migratorios atendiendo a todas las realidades. "No se puede perseguir al inmigrante irregular, él es la víctima de la que se aprovecha alguien", apuntó.

Sobre la legislación desarrollada por España, Corbacho fundamentó que, a su juicio, es buena porque incluye garantías a las personas y a sus derechos humanos, si bien sí profundizó sobre la reagrupación familiar ya que incluye ciertas contradicciones que habría que cambiar, como la posibilidad de reunir a un hijo de 17 años con su padre pero no dejaría a este muchacho trabajar porque la reagrupación no va aparejada a la tarjeta de trabajo.

Por su parte, el vicepresidente primero de la Junta y consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, analizó sobre el papel que desempeña el Gobierno andaluz en este "complejo fenómeno" de la inmigración que "pasa por la integración de las personas". En Andalucía, según detalló, un 6,5 por ciento de los habitantes proceden de otros países y su integración se fundamenta en que los servicios que reciben sean de calidad, según apuntó.

Zarrías precisó que el uno por ciento de los actos sanitarios del Servicio Andaluz de Salud son los que reciben los inmigrantes y que cinco de cada cien alumnos son inmigrantes --una distribución que no es uniforme, sino que se concentra en determinadas zonas-- y, ante estos porcentajes, defendió la importancia de "arbitrar mecanismos que posibiliten la plena integración" gracias a planes como los puestos en marcha por la Junta, según afirmó.