SEVILLA 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
La fecundación in vitro requiere una combinación de biología, tecnología y experiencia para ofrecer oportunidades a quienes desean ser padres pero no pueden conseguirlo debido a un problema de infertilidad. Los avances en el cultivo de embriones y en la optimización de la transferencia embrionaria están marcando una nueva era en los tratamientos de fertilidad. Víctor Blasco, responsable de laboratorio del Instituto de Fertilidad Viamed (IFV), repasa cómo en los últimos años, la reproducción asistida ha experimentado una "auténtica revolución tecnológica, incluyendo múltiples avances y novedades". El Instituto de Fertilidad Viamed (IFV) ha mejorado en un 10% sus tasas de éxito gracias a la aplicación de tecnologías de IA.
"Uno de nuestros deberes como profesionales de la reproducción asistida es estar al día de todos estos avances e ir incorporándolos al laboratorio de fecundación in vitro siempre que presenten evidencias científicas de mejora, sean seguros para el paciente y por supuesto, contando con nuestra experiencia que también es esencial en la toma de decisiones", apunta el embriólogo del centro en una nota de prensa.
Uno de estos avances son los sistemas de incubación con tecnología time-lapse, incubadores que contienen cámaras integradas que permiten monitorizar el desarrollo embrionario las 24 horas sin alterar las condiciones del entorno de cultivo. Esto permite observar los embriones sin sacarlos del incubador, evitando cambios en la temperatura o el pH en el medio de cultivo.
Esta tecnología, combinada con algoritmos de Inteligencia Artificial, permiten una selección más precisa de los embriones con mayor potencial de implantación, optimizando así las tasas de embarazo. Estos algoritmos analizan miles de imágenes y vídeos de desarrollo embrionario y aprenden patrones asociados a mayores tasas de implantación, principalmente basados en los ritmos de división celular. Su monitorización "exhaustiva" aporta "gran cantidad de información", que ayuda a categorizar cada embrión y seleccionar al mejor candidato para la transferencia, o lo que es lo mismo, el embrión con mayor probabilidad de implantarse y evolucionar hasta un bebé sano.
"Los algoritmos no sustituyen la experiencia humana, pero sí la complementan, ofreciendo una segunda opinión basada en datos y consistencia. Por tanto, con este tipo de incubadores logramos crear un ambiente óptimo para los embriones, que nos permite cuidarlos más y manipularlos menos" apunta el experto. Sin embargo, añade, "ésta no es la única utilidad de la Inteligencia Artificial. También se han desarrollado algoritmos capaces de analizar imágenes de ovocitos y predecir su potencial para formar un embrión de buena calidad". Para ello, se emplea un software que ha analizado miles de imágenes en busca de patrones predictivos, incluyendo aspectos que son "invisibles al ojo humano".
De esta manera, "esta herramienta --que no deja de aprender y mejorar su poder predictivo-- actúa como un asistente para el embriólogo, ya que nos permite estimar las posibilidades de embarazo de unos ovocitos en base a una fotografía de los mismos". Esto es especialmente útil para gestionar correctamente las preservaciones de fertilidad mediante vitrificación de ovocitos, ya que ayudan a decidir si la cantidad de ovocitos vitrificados es suficiente para asegurar el embarazo en el futuro o si es necesario que la paciente se someta a un nuevo tratamiento para acumular más ovocitos.
Los embriones son extremadamente sensibles a su entorno. Por eso, en los últimos años se ha apostado por medios de cultivo single-step, que no requieren renovaciones y mantienen una composición estable durante todo el desarrollo. Estos medios buscan imitar el microambiente natural del útero y las trompas de Falopio, con el fin de minimizar el estrés embrionario.
Contienen nutrientes y otros compuestos como aminoácidos y agentes antioxidantes que crean un ambiente óptimo para el desarrollo del embrión. Las principales fuentes de energía presentes en estos medios de cultivo son el piruvato, el lactato y la glucosa, pero algunas formulaciones se han centrado en reducir la concentración de lactato. Este metabolito, además de ser un recurso energético, es también un producto del propio metabolismo embrionario que, si se concentra en exceso, puede llegar a ser perjudicial para el embrión. Con esta composición se busca conseguir mejores tasas de llegada a la etapa de blastocisto, momento en el que el embrión está preparado para su implantación en el útero.
La culminación de un tratamiento de fecundación in vitro es cuando por fin se transfiere el embrión con mejor calidad al útero de la futura madre, paso que también se cuida al detalle. Más allá de seleccionar el embrión "más adecuado", la transferencia en sí ha mejorado gracias al uso de medios de cultivo específicos para este último paso. Estos medios están enriquecidos en ácido hialurónico y actúan como un "pegamento biológico" que favorece la adhesión del embrión al útero y el proceso de implantación. Diversos estudios han demostrado la eficacia de estos medios a la hora de mejorar las tasas de embarazo.
"Nuestro compromiso es ofrecer a cada paciente la mejor opción basada en evidencia científica, personalizando cada paso del tratamiento", explica el responsable de laboratorio del Instituto de Fertilidad Viamed. "El uso de IA, junto con incubadores de última generación y protocolos avanzados de transferencia embrionaria, nos permite maximizar las tasas de éxito de forma segura y controlada".
Afortunadamente, la innovación no se detiene y una de las líneas más prometedoras en la reproducción asistida es el test genético preimplantacional no invasivo. Esta prueba consiste en recoger muestras del medio de cultivo en el que se han desarrollado los embriones y analizar las moléculas de ADN liberadas al medio por el embrión, en busca de posibles alteraciones cromosómicas. Esta técnica es un excelente complemento para seleccionar embriones con mayor potencial y reducir las tasas de aborto. Además, nos permite analizar la genética del embrión sin tener que biopsiarlo, que es un proceso mucho más invasivo. Aún no han alcanzado la fiabilidad de una biopsia, pero con el tiempo es muy posible que la igualen.
Y por último, las cámaras de microfluidos para la selección espermática, que permiten seleccionar los espermatozoides con mejor movilidad y menores tasas de fragmentación en el ADN, evitando pasos de manipulación como la centrifugación, que pueden inducir un mayor estrés en los espermatozoides. En un campo en constante evolución, la ética y la comunicación con los pacientes son tan importantes como la técnica. "Ofrecer a las pacientes estrategias de tratamiento personalizado, adaptándonos a cada caso clínico y explicar con claridad lo que cada avance puede aportar --y también sus limitaciones-- forma parte de una buena práctica clínica.