Asenjo invita a apagar o no encender el televisor para evitar ser "arrollados" por criterios paganos

Actualizado: miércoles, 1 diciembre 2010 13:20

SEVILLA, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, ha invitado a los fieles a "apagar el televisor o no encenderlo" para que evitar que les "arrollen los criterios paganos e, incluso, anticristianos" que los medios de comunicación transmiten "en ocasiones".

En su carta pastoral de la semana, esta vez con motivo de la llegada del Adviento, Asenjo advierte de que se trata de un tiempo alegre y de esperanza, pero también de "vigilancia" cristiana. Esta vigilancia, en su opinión, no es "vivir bajo el temor de un Dios justiciero y vengativo que está esperando nuestros errores o pecados para castigarnos", sino "una actitud positiva" que sirve, entre otras cuestiones, para "saber distinguir los valores auténticos de los aparentes".

El arzobispo considera que los medios de comunicación, en muchos casos, "difunden modos de pensar y de actuar que nada tienen que ver con los auténticos valores humanos y cristianos", de ahí que recomiende a los fieles una "actitud crítica" ante lo que ven, escuchan o leen y una "independencia de criterio ante los mensajes contrarios al Evangelio con que, de forma directa o indirecta, agreden los medios de comunicación".

"Esta actitud crítica muchas veces nos deberá llevar a apagar el televisor o no encenderlo, para que no nos arrollen los criterios paganos e, incluso, anticristianos, que en ocasiones los medios nos brindan", insiste.

Asenjo asegura también que esta vigilancia es necesaria para no debilitar la conciencia moral de los cristianos, así como para conservar "una conciencia recta que distingue el bien del mal, lo justo de lo injusto, lo recto de lo torcido". De lo contrario, advierte, "la conciencia puede endurecerse hasta perder el sentido moral, el sentido del pecado", lo que es "un peligro real para los cristianos de hoy".

Ante tales 'peligros', el arzobispo recomienda la confesión frecuente precedida de un examen sincero de conciencia, y el examen de conciencia diario para ponderar la fidelidad del cristiano al Señor. "Son la mejor garantía para mantener la tensión moral y la delicadeza de conciencia", apostilla.