Ganaderos e industriales del ibérico tradicional critican los perjuicios producidos al sector por la norma de calidad

Actualizado: miércoles, 14 abril 2010 21:43

SEVILLA, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Asaja Huelva, José Luis García Palacios, y el de la Asociación Provincial de Industrias de la Carne de Huelva (AICE Huelva), Antonio Carrasco, criticaron hoy ante los medios de comunicación los efectos negativos que la entrada en vigor de la Norma de Calidad del Ibérico, promulgada en 2007 por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha tenido sobre las explotaciones ganaderas y las industrias cárnicas del ibérico tradicional.

En una nota, Asaja Huelva y AICE Huelva aseguraron que hablan en nombre de la mayor parte de las explotaciones ganaderas y las industrias cárnicas de Andalucía "que han optado por continuar criando y produciendo al estilo tradicional, cuidando la crianza del cerdo en dehesas, la raza y un manejo que garantiza una alta calidad en el resultado de la elaboración de productos, que también se lleva a cabo con un proceso artesanal y especialmente cuidado".

Precisaron que la promulgación de la Norma de Calidad del Ibérico, cuya redacción se inició con el objetivo de preservar la raza porcina ibérica, la dehesa y los valores añadidos que en torno a ella se han desarrollado, "no ha venido a hacer otra cosa que a permitir que a un cerdo cruzado se le pueda llamar ibérico, mientras que el cerdo ibérico se ha visto obligado a llevar el apellido 'puro".

Igualmente, estas dos organizaciones criticaron que "se ha producido una superproducción que nada tiene que ver con el cerdo ibérico de la dehesa, que ha supuesto una dura competencia, desleal, a las empresas tradicionales, que están viendo cómo peligra seriamente su futuro".

Para paliar la situación a la que la Norma de Calidad del Ibérico ha llevado a ganaderos e industriales del sector tradicional, Asaja Huelva y AICE Huelva reivindicaron una "clarificación y ordenación" del mercado del porcino ibérico, que "deshaga la confusión en la que actualmente se encuentran sumidos los consumidores como consecuencia de la falta de información existente ante las diferentes calidades que se incluyen dentro de la calificación de 'ibérico".

Igualmente, pidieron la retirada de la nomenclatura permitida por la Norma de Calidad, de manera que "no pueda denominarse 'ibérico' a un cerdo cruzado, sino que sólo pueda llevar ese nombre el cerdo que pertenezca a la raza ibérica sin cruces".

A su juicio, esta medida "debe ir acompañada de una denominación en el mismo sentido para los productos derivados de estos cerdos, exclusivos, únicos y reconocidos a nivel mundial, de manera que se diferencien con absoluta claridad de los elaborados con carnes procedentes de cerdos que poco tienen que ver con el auténtico ibérico y criados en régimen intensivo".

Ambas asociaciones demandaron asimismo "una normativa que proteja y defienda la raza, la crianza y la alimentación en extensivo dentro de la dehesa, que es el tipo de explotación que, junto a la pureza de raza, garantiza una calidad diferenciada que debe ser protegida".

Esta protección y la diferenciación que piden "debe verse reflejada tanto en la puesta en marcha de planes de viabilidad para el sector, como en la Ley de la Dehesa y la creación de una Identificación Geográfica Protegida para la dehesa como un modelo de alto valor ecológico y agrario, y corregir la confusión a la que ha llevado la Norma de Calidad del Ibérico en el mercado".